domingo, 27 de diciembre de 2009

Décimo Octava Entrada de los Custodios del Sello

El Éxodo de los Oludos

Los niños descalzos caminaban por la tierra abrasiva de las serranías, su piel salpicada de pústulas amarillentas, sus pies cubiertos de excoriaciones. Las viejas sucias y harapientas caminaban con la cabeza gacha, envueltas en sus ropas negras, de tanto en tanto rascaban su cabeza, mata grasienta y pululante de piojos. Asían sus hatos con manos crispadas, las venas azuladas transparentándose en su piel de pergamino
Los hombres, magros, sudorosos, con los ojos midriáticos del espanto cerraban la marcha, atreviéndose apenas a mirar hacia atrás. En el Este la gruesa columna de humo negro se elevaba al cielo. Villa La Ola terminaba de hundirse en las fauces del fuego que llegó del mar. Una marcha errante sin destino, una huída, diáspora de los aterrados que ingresaban en el olvido o la negación.




Comentarios

“Mira , préstame atención, en mi opinión existen contradicciones en todo éste asunto que solo pueden ser aceptadas por un fanático como L, es importante notar que en ése cuarteto existía un abanico amplio de personalidades, en un extremo Flores Schneider que ya en su juventud es escéptico que sigue a sus compañeros casi por inercia pero sin convencimiento alguno, una fe superficial tomada con alfileres, diría yo, cuando encuentra gente que le ofrece un resarcimiento económico por cosas a las que él no le da valor alguno no tiene ningún escrúpulo en realizar una transacción , no tiene tampoco ningún remordimiento. Ari del Monte es un tanto ambiguo, investigador de cosas sin sentido, pero para muchos con más sentido que otras, como la Concepción de la Virgen o la Resurrección de Cristo, es más fácil creer que un tipo fue catapultado desde un barco que creer en éstos otros fenómenos sobrenaturales en los que creen millones de personas. Probablemente abandonó sus compromisos por favores sexuales, seducido por los placeres de la carne, el aroma, la tibieza, la suavidad, el embrujo de un cuerpo de mujer es mucho más real que una leyenda apocalíptica. Por eso abandonó a sus compañeros de cruzada, y ayudó a la serpiente. NOAR por su parte se mantuvo firme en sus convicciones, pero hombre poco amante de lo formal, del folclore, de lo tradicional, trató de convencer a L que no se trataba de ésas viejas reliquias las que mantendrían a salvo el mundo, si no la fe en lo verdadero, no en lo accesorio, la fe en lo esencial no en lo ritual. El amor verdadero en definitiva. Por último L era un fanático, un perceptivo, un hombre que sentía en su cuerpo la presencia del mal, que si bien en alguna oportunidad fue convencido por los argumentos de NOAR, retornó a la senda del fanatismo, creyó a pie juntillas que las reliquias de Pérez de Roldan que ellos encontraron en su juventud eran el sello, la llave, el candado. Como si algo material, totémico, pudiera detener fuerzas que se desenvuelven en otra dimensión. Mató y murió por su creencia probablemente fue victima, de su propia visión limitada y obtusa” dije. “ Si existen contradicciones, lo que ocurre es que probablemente no se puede aplicar la razón a cuestiones como éstas, si usamos la razón lo de Flores Schneider fue un accidente debido al temperamento sanguinario de los dogos, sin embargo yo creo y cuando crees no siempre lo podes explicar en forma razonable valga la redundancia. Creo que Flores Schneider fue victima de algo sobrenatural, el silencio
del monte previo al suceso según relatan los testigos, la impaciencia del cazador apostado, la furia asesina de la Jauría, a Flores se le abrieron las puertas de su propio infierno. Lo de Ari del Monte es más discutible, más borroso como observado a través de un vidrio esmerilado, Balcarce, como le decía papá, era un bebedor empedernido quizás su muerte fue natural, varices esofágicas, más allá que según dicen nunca había padecido patología digestiva alguna, unos días antes L había estado con él un posibilidad es que lo asesinó. Dios lo sabe, en la carta que te di en aquel libro L se sentía traicionado, se sentía como el último cruzado, desde ése estado psíquico se puede llegar a cualquier parte.” Afirmó Marisa. “Que me decís del viejo Bautista” pregunté
“ No sé , no sé que pensar , es muy extraño, es como si realmente hubiera recibido una señal, no se con que fin, quizás con la única finalidad que trasladaran el cofre hasta el pozo, nunca lo tuve claro, papá tampoco sabia que pensar, según me contó, el viejo vivió el resto de su vida como un Santo y con una devoción fanática por la Virgen del Carmen” Terminó “Lo de los restos de L , deja muchos interrogantes, de dónde salieron ésos sujetos , con antropólogos forenses, médicos y que se yo, toda ésa parafernalia . Te juro que jamás había escuchado de ésa Congregación, está bien, de los Cartujos me enteré hace poco, pero de éstos tipos ni palabra.” Comenté casi para mí “a mí también me llamó mucho la atención, tanto movimiento por un lobo solitario como L, hasta se comentaba que uno de los antropólogos forenses había estado en la identificación de los restos del Che Guevara. De todas formas se lo llevaron a L en un paquetito quien sabe adonde, a veces pienso que solo querían asegurarse de su muerte, a papá le hubiera dolido tanto todo esto, mejor que no vivió para verlo” calló de repente con un gesto triste.




Sierra de los Padres 1946 La Revelación

“Casi nunca hace calor en Febrero, la verdad que estos días son raros, seguramente tendremos una tormenta y volveremos al tiempo fresco, no obstante debemos aprovechar las circunstancias para ésta comida al aire libre” dijo L “Yo la estoy pasando muy bien ¿y creo que vos Flores también o no es así?” dijo NOAR “Lo mío es inmejorable Nico” dijo Flores mientras miraba distraído hacia los cipreses. “Pensaba en ése libro de Fioramonti que vimos en San Telmo” dijo L de repente “es muy particular, desde el punto de vista de la forma como está escrito. “Recuerdos de un Relato en la Pampa” si hasta el Título es raro casi ridículo, la forma casi textual en como se reproducen los relatos, es como si hubiera recurrido a una copia taquigráfica, me ha llamado mucho la atención, tomé varias notas, además me da la impresión que las cosas que da a conocer son únicas, no las he visto en ninguna otra parte” se interrumpió mientras mordía un sándwich “ni que fueras una biblioteca andante L, no creo que hayas leído todos los libros, para decir que lo que ésta escrito en ése mamotreto es único, a mi me pareció bastante mal escrito por cierto, lo del cura emparedado, el pueblo castigado como Sodoma y Gomorra es bastante imaginativo por cierto, pero también lo son muchas otras supersticiones y leyendas que te pueden contar en el campo ahora mismo” interrumpió Balcarce “Ya conozco tu opinión, me la expresaste ayer Ari, pero no obstante, a mí hay cosas que me intrigan , que creo que son dignas de investigarse, algún día lo haré” L guardó silencio con un poco disimulado fastidio.
“Hoy temprano, al rato que habíamos llegado bajé por aquellas rocas para ver la gruta” dijo Flores Schneider “me encontré con una vieja, parecía una mendiga, que estaba rezando, con la cara entre las manos, casi sin querer me quedé mirándola pues me sorprendió su presencia, de repente levantó hacia mí su mirada con unos ojos hundidos, que parecían más viejos que todo su cuerpo, y me preguntó si yo era de Nogoyá, se pueden imaginar mi sorpresa, aquí a mil kilómetros, en un lugar casi desierto como éste, ésa pregunta de los labios de una vieja zaparrastrosa .Le pregunté a mi vez que por qué quería saberlo, ella me contestó que ya sabía la respuesta pero necesitaba oírla de mis labios para liberarse de una larga espera” Flores Schneider se detuvo para encender un cigarrillo y nos miró uno a uno, como evaluando nuestra reacción , continuó
“Liberarme de una larga espera, así dijo por ridículo que parezca como los dichos de Fioramonti, cuando le conteste que efectivamente yo era de Nogoyá, que había venido a acompañar a unos compañeros estudiantes, me sonrió con su boca desdentada y me dijo que tenía un mensaje para darme, que por décadas había esperado mi llegada, y que ahora por fin su misión sería cumplida, volvió a permanecer callada , con las manos en su rostro por un rato, y me preguntó si en Nogoyá había alguna capilla de la Virgen del Carmen, le dije que sí que efectivamente era la patrona del pueblo, y la vieja me dijo que los cuatro tendríamos que ir a un lugar que me dijo estaba indicado en éste papel” extrajo de su bolsillo un trozo de papel amarillento prolijamente doblado y continuó
“que los cuatro tendríamos que ir y recuperar ciertas reliquias que se encuentran en los restos de una capilla abandonada, para llevarlos a Nogoyá y evitar que el diablo se enseñoree en el mundo” calló mientras nos miraba “la verdad es que si no fuera por tus comentarios sobre la obra de Fioramonti, no les hubiera contado nada” terminó.
L se puso de pie y marchó hacia los cipreses, bajó por las rocas hasta desaparecer. Noar se golpeaba la bota con un pequeño palo, la cabeza agachada, ensimismado. Ari del Monte extrajo del bolsillo interior de su campera una pequeña botellita recubierta en cuero de carpincho, desenroscó la tapa con su mano derecha apoyada sobre la rodilla y bebió un sorbo ofreciéndosela luego a Flores Schneider quien la rechazó “Los entrerrianos parecen muy místicos, con razón las buenas migas con L, todos los años vengo a éste lugar y nunca me encontré con ninguna pitonisa, ni vieja ni joven, ¡debe ser porque no soy de Nogoyá, carajo!” dijo con una sonrisa burlona “de todas formas quisiera ver ése papel, ¿me lo prestas un momento?” dijo extendiendo la mano hacia Flores, éste lo extrajo del bolsillo interno de su saco y se lo alcanzó con un gesto de indiferencia, la silueta de L emergió entre las rocas, “ni rastros de tu vieja Flores” dijo dejándose caer al lado de NOAR que continuaba en su actitud distante..

sábado, 19 de diciembre de 2009

Décimo Séptima Entrada de Los Custodios del Sello

Nogoyá Julio de 2003 El Cadáver

A las 4,30 de la madrugada hacía mucho frío. El hombre dormía cubierto con varias frazadas, la basílica estaba helada para el cumpleaños de la virgen, varios minutos había tardado en calentarse. Lo despertaron los golpes en la puerta, semidormido se incorporó, se colocó una campera sobre el pijama y se dirigió a la puerta. El agente fumaba en la vereda. “Doc” le dijo “tenemos un fiambre, en el campo vas a tener que ir para allá” continúo “Esperá que me visto, ¿ustedes me llevan? ya vengo”
Cinco minutos después sentado en el asiento trasero del Renault 19 que servía de móvil preguntó “¿Cómo es el asunto che?” “Encontraron un cadáver en el campo, en el Sauce, parece que estiró la pata hace bastante, lo encontró un boludo que buscaba las vacas para el tambo” Contestó el agente mientras encendía otro cigarrillo y ofrecía una petaquita de ginebra “¿quiere calentar el cuerpo doc? Hace un frío de cagarse”
El camino bajo la luna llena, los campos cubiertos por un manto de bruma, que brotaba de los charcos y los arroyos, un paisaje helado y bello, solo interrumpido por los coches que circulaban hacia Nogoyá , de tanto en tanto, seguramente para asistir a la primer misa, la de hombres. El cuerpo estaba en un montecito, a pocos metros de una pequeña laguna, solo quedaban huesos y unos harapos. El denso aire de la madrugada de invierno transmitía las voces con nitidez, lejanos mugidos formaban un coro animal a la distancia. El Renault se detuvo junto a otros móviles policiales, todos bajaron. El médico se acercó al círculo de luz que daban las portátiles a batería, se paró junto al fotógrafo e inició su trabajo. Desde el asiento trasero de un patrullero un hombre vestido con un abrigo de pelo de camello, extrajo un teléfono celular de un bolsillo interior y pulsó 10 dígitos, un contestador automático contestó la llamada
“deje su mensaje después de la señal” escuchó “Creo que encontré al soldado, no será fácil estar seguros, ha muerto al parecer hace meses y su cuerpo permaneció a la intemperie a merced de las alimañas, veré si encuentro algo que nos ayude , en cuanto lo tenga me vuelvo a comunicar. Que Dios nos guíe” guardó el aparato en su abrigo y descendió del auto, se levantó el cuello para protegerse de la noche helada y se acercó al terreno demarcado con cintas plásticas. “¡Hola Doc! ¿Alguna cosa que le llame la atención?” gritó innecesariamente en el silencio nocturno, “Que tal inspector, nada por ahora, es difícil sacarle jugo a un esqueleto, esto nos llevará tiempo. Lo que si puedo decirle a juzgar por groseros signos de artrosis que seguramente no se trata de un joven, los cabellos también corroborarían esto, bueno después tendrá mi informe completo” contestó el médico. “Tanto papelerío por un vago muerto en el campo, ¡que cosa! se debe haber muerto en el verano durmiendo la siesta” bromeó el inspector. Miró con detenimiento los harapos que cubrían el cadáver, y le extrañó no encontrarse con la armadura de un caballero medieval. Un extraño escalofrío recorrió su cuerpo “Che, García trajiste las vitaminas” gritó a un joven oficial “Si jefe, quiere calentarse el cuerpo, hace un frío de cagarse” y le dio la petaquita de ginebra. A miles de kilómetros de distancia el contestador de la Congregación era leído después de los maitines.

Nogoyá Agosto de 2003 Morientes pasa a la eternidad.

Mi primo tenía la cabeza apoyada sobre su mano derecha, con la izquierda hacía girar los hielos en su vaso de whisky. “Justo ahí encontraron el esqueleto” dijo “los boludos de los alrededores colocaron una cruz bajo el algarrobo, no se si por éste muerto o por las ánimas que se aparecen, capaz que mataron dos pájaros de un solo tiro” continuó.
“Nadie reclamó el cuerpo, debe haber sido algún vagabundo, de ésos tipos que andan de aquí para allá sin familia, sin nada, se acostó seguramente bajo el árbol y ahí lo sorprendió la muerte, quien sabe cuando, aún no saben cuanto tiempo lleva muerto, por ésos lugares no anda nadie, el cagazo que se pegó Carlos María cuando encontró la osamenta , una vaca se le había retrasado, no se si estaba pariendo o qué , y justo va y da con el muerto, creo que llegó a la casa mas rápido que un F16. Eso le pasa por hijo de puta, yo tenía el campo para vender y éste guacho se lo compró a la vieja, por izquierda vistes” dijo mientras se acercaba el vaso a la boca, luego hizo un gesto de negación con la cabeza y un mueca “¡amigos son los amigos!” Exclamó. “Negocios son negocios” dije mientras le acercaba el encendedor para que prendiera su cigarrillo
“Ese era el lugar misterioso, que aumentaría el valor del campo” le dije “Carlos María dixit” agregué. “Por lo menos un tema más de conversación para la Fiesta de la Virgen, sabías que el mismo día se murió León Morientes, un gran tipo” dijo señalándome con el cigarrillo entre el pulgar y el índice de la mano derecha "por eso las adoradoras del santo sable estaban con el brazalete negro en su puesto de pastelitos” dijo. “Vendían unas petaquitas de licor monacal espectaculares, con la forma de la virgen del carmen, una joya loco, una joya, claro que también vendían queso y dulce en honor al Libertador. Un verdadero detalle.” Prosiguió “Yo, la verdad, que ése día me fui a Paraná, y mirá que al queso y dulce también le dicen vigilante” lo interrumpí
“No nene estuvo formidable, para el año que viene las Hermanas adoradoras del santo sable quieren inaugurar un busto del viejo Morientes, al lado del de San Martín, en realidad entre el de San Martín y el del Bicentenario, toda una simbología no se les pierde detalle, además la Plaza Libertad se va a jerarquizar con esto pibe” guardó silencio para beber el último trago de whisky mientras pedía otro con un gesto.
“La verdad que la plaza Libertad si siguen haciendo monumentos, va a dejar de ser un espacio verde para convertirse en una mole de cemento y bronce. Que se dejen de joder con tanto monumento” dije. “Vos siempre el mismo negativo, los pueblos que no respetan sus raíces no tienen futuro. La Subcomisión de Literatura e Historia, del Comité Eclesiástico Militar para la defensa de la Tradición Patriótica y Religiosa de Entre Ríos que él tan gallardamente presidió realizó un gran trabajo por todos nosotros, vos éstas influido por NOAR que lo llamaba conservador y no se que otras pajerosidades decía sobre Morientes, pero puro resentimiento, porque se opuso a la publicación de ésa Historieta de Nogoyá que él había escrito, que por cierto era falaz y sacrílega según me han dicho, ¡yo nunca sentí necesidad de leerla!” enfatizó
“Conservafachomenemista así lo llamaba NOAR” dije “a veces se deben juzgar las cosas por la propia experiencia” agregué “yo leí algunos pasajes y no me pareció nada de lo que vos decís, más aún me pareció un gran esfuerzo por desalmidonar la historia, por desterrar los absolutos, por poner la historia en su verdadera dimensión humana con sus maravillas y sus miserias. Y lo de Conservafachomenemista era por que lo consideraba un tradicionalista totalitario pero amante de la joda, la pizza con champán.” terminé “Claro NOAR era San José y la Virgen María juntos, el viejo era un iconoclasta, un escupidor de sapos como te dije una vez, pero eso no lo habilita para criticar a todo el mundo ¡por que no le gusta su cara!” Casi gritó bajo los evidentes efectos del alcohol. “La verdad, no creo que su opinión se basara únicamente en su cara” contesté “todo ése discurso sobre patriotas y apátridas, me pareció siempre bastante excluyente, bastante intolerante de la diversidad y sabés muy bien las catástrofes que la intolerancia le han acarreado a la humanidad, y ése asunto de las raíces de los pueblos muchas veces terminó en masacres, como la de los Balcanes no hace tanto, como decía L en aquella carta que te mostré el mal adopta muchas formas y por ahí quien sabe el sectarismo excluyente es una de ellas” concluí. Mi primo giró hacia mí y comenzó a aplaudirme irónicamente. “Bravo, bravo, hubieras sido un magnifico orador en la República de Weimar, por lo ingenuo y lo boludo digo. Vos deberías leer Desmitificación de Entre Ríos: combate a la pérfida mentira de los paganos y los oportunistas, del viejo Morientes y se te van a ir de la cabeza todas ésas fábulas de ascendidos, catapultados y puertas del Averno, yo no sé cuando comenzará el Apocalipsis , si es que existe uno universal, yo personalmente creo en el Apocalipsis personal que sobreviene con la muerte, yo no sé cuando se liberará a la Bestia y a sus acólitos, pero de lo que sí estoy seguro que no los van a soltar en Nogoyá, aquí seguro que con la clase de tipos que son se dedican a la joda, el chupi y las minas y no hacen su trabajo de perseguir a los pecadores. No hace falta ningún sello, ningún ascendido, ningún grupo de viejos tarados, para que el mundo no corra ningún peligro, Aquí el único riesgo que corre el mundo es que le salgan Hemorroides porque estamos en el culo del mundo nene” me di cuenta que estaba completamente borracho y lo invité a irnos, la calle San Martín estaba prácticamente desierta un día de semana a ésa hora de la madrugada, solo algunos perros la cruzaban de un lado a otro. A los lejos pasaba el tren, el ruido sordo rompía el silencio con un grave trepidar.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Décimo Sexta Entrada Los Custodios del Sello


Tiempo indefinido (alrededor de 1968) Nogoyá Los Custodios y Las Dudas

“Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión” Apòcalipsis20-7

Nogoyá, despertaba envuelto en las brumas del otoño. Los álamos carolinos ya manchados de amarillo, emergían de un mar de niebla a la vera del camino, iluminados por los primeros rayos del amanecer. Los bancos con su superficie superior achatada cubrían el campo, formando una llanura blanco grisácea, que ocultaba las vías del ferrocarril y la alameda hacia el Norte, así como el Cementerio y las últimas avanzadas del pueblo hacia el Sur. Los tres permanecían en silencio.
La noche había sido agotadora. El grave sonido del motor de la camioneta invadía el habitáculo, casi una vibración. Flores Schneider carraspeó, llevó su mano izquierda al bolsillo de su camisa y extrajo un atado de Jockey club, se llevó un cigarrillo a la boca y la luz del fósforo iluminó sus rasgos que ya denotaban los primeros signos de la madurez, inhaló con fuerza encendiendo la brasa naranja, apoyó su brazo izquierdo en la ventanilla abierta y extendió el derecho sobre el volante. “Es totalmente inútil una pérdida de tiempo” dijo “No lo creas, siempre debemos vigilar” contestó NOAR
“Si las Puertas se abren, será el fin de todo” agregó. “Yo no sé que pensar” exclamó Flores Schneider mientras sorbía de su cigarrillo lo que hacía que su voz sonara arrastrada y labial “Muchas veces me pregunto si realmente, existirá la puerta, si está justo aquí y si realmente eso la mantiene cerrada, o es todo una sarta de mentiras, y nosotros los únicos tontos que las creemos” guardó silencio y agregó “Cualquiera que nos viera pensaría que estamos locos, en lugar de buscar mejorar nuestro futuro ,hacer un capital , nosotros perdemos el tiempo en ésta …cruzada yo diría , para no decir más groserías” calló. “Yo jamás me pongo a pensar que es lo que dirían los demás o que pensarían, pues nadie conoce lo que hacemos ni el riesgo que corremos, nadie conoce el peligro al que está expuesto el mundo , si la puerta se abre…contestando tu pregunta creo que si supieran lo que hacemos no nos creerían locos” dijo NOAR
Flores Schneider miró al otro amigo buscando apoyo a sus opiniones, pero éste recostado sobre la puerta derecha parecía dormir sin importarle nada del asunto. Cuando llegaron al Boulevard España las esferas de iluminación permanecían encendidas como múltiples lunas simétricas bordeando la calle.
Los dos acompañantes bajaron del vehículo y se perdieron en la neblina, cuando la camioneta llegó a la intersección con 9 de Julio las luces de posición dejaron de verse.
L encendió un nuevo cigarrillo, guardó sus manos en los bolsillos y se marchó caminando por 25 de Mayo al norte, sentía un temblor interno una vibración dentro del tronco que era de tal magnitud que debía realizar un esfuerzo voluntario para que no se transmitiera a sus brazos, a sus piernas a su cuello. Desde pequeño percibía las presencias (buenas o malas) en su cuerpo. Todo en él se transformaba en una sensación física, y ahora sentía en su propio cuerpo como el mal se revolvía, inmundo, expectante, tras las puertas del infierno. Al llegar al cuarto que había alquilado, subió la barranca cubierta de gramilla, resbalosa por la humedad hasta la vereda de ladrillos, abrió la puerta y entró. S e arrojó sobre el colchón desnudo, el rítmico sonido de las hojas de un ligustro contra el techo de chapas acompañó a las hipnagogas apocalípticas que precedieron un sueño inquieto y poco reparador








Sueños

“Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que se dedicaban a comprar y vender en el templo: derribó las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas al mismo tiempo les decía: Dice la escritura: Mi casa será casa de oración, pero vosotros la estáis convirtiendo en guarida de ladrones”
Mateo 21, 12 a 14.

Villa La Ola dormía bajo el cielo gris de la siesta. Las oscuras nubes al sur presagiaban tormenta. El viento recorría las calles semidesiertas como una jauría aullando amenazante. Pérez de Roldan miró por la sucia ventana hacia el camino arenoso envuelto en polvo. Sentada bajo el árbol permanecía inmóvil como hace una semana la muchacha escuálida y mugrienta. Su furia aumentó. “¡Oh Señor!” pensó “¡Por qué el pasado me persigue Señor!! ¿Porque se interpone entre mi obra y vos? ¿Por qué se interpone entre tú altísimo y yo? Ayer eché a todos esos malditos feriantes pero ¿cómo puedo echar el mundo?” guardó silencio cortó un generoso trozo de morcilla y lo introdujo rápidamente en su boca desdentada, con la mano izquierda sacó las migas que habían caído sobre su abdomen de batracio. Miró los bloques de adobe que por meses había ido amontonado contra la pared de la precaria galería. La angustia lo obligó a comer otro trozo de embutido. Su mano se elevó amenazante, bajó bruscamente clavando el cuchillo en la tabla sucia de la mesa. Respiraba rápidamente casi jadeante, las violáceas vénulas de sus mejillas parecían dilatarse en su rapto de furia. Se levantó dificultosamente y pateó la vieja silla de paja que rodó por el mugriento recinto de piso de ladrillos, abrió de un tirón la vieja puerta destartalada y salió a la enramada a la que él llamaba “galería” tomó con dificultad tres bloques de adobe y los llevó hacia adentro. Poco a poco la visión de la descarnada muchacha se fue oscureciendo por las hiladas de adobe que ocluyeron el vano de la ventana. Luego continúo con las puertas. A media noche a la luz de las velas el viejo y destartalado templo era un claustro cerrado, hermético, el viento silbaba en el techo. Tendido su rechoncho cuerpo en el suelo Pérez de Roldan oraba, con oraciones de delirio. La pequeña imagen de la Virgen del Carmen parecía mirarlo en la oscuridad
La niña aterida de frío acurrucada bajo el árbol dormitaba, la despertó el estruendo, las llamas que encendían el mar y el cielo. Corrió, hasta que las últimas fuerzas la abandonaron.

L despertó con las últimas luces de la tarde, los rayos del poniente se colaban por las hendijas de la puerta destartalada, se levantó de un salto la abrió y corrió.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Decimo quinta Entrada de Los Custodios del Sello

Arroyo de los huesos Provincia de Buenos Aires Marzo 2003

La ruta 226 se extendía como una víbora por el verde del campo, humedecida por la llovizna. A lo lejos se adivinaban las serranías. La mujer colocó el guiño para sobrepasar el camión, se detuvo, una camioneta venía de frente.
Se colocó nuevamente detrás del vehículo de carga, que repentinamente aminoró su marcha casi hasta detenerse, el auto impactó con su lado derecho en el extremo izquierdo del paragolpes del acoplado y salió disparado hacia la banquina, dando tumbos en el terreno irregular, por fin se detuvo inclinado en 45 º. La mujer aturdida se prendió fuertemente del volante, le dolía la cabeza el calor de la sangre comenzó a bañarle el rostro, se reclinó contra el asiento y lo vio. El camión se había detenido y de él descendía una figura desgarbada, se acercó a paso rápido, seguramente venía a auxiliarla , cerró los ojos , todo su cuerpo le pedía dormir, descansar, borrosamente vio al hombre rodear el auto hacia ella, venía con algún tipo de herramienta , seguramente para ayudarla a salir, la primer detonación sonó grave y seca en el silencio del campo a la segunda seguramente ya no la escuchó , ya nunca escucharía nada, ya nunca vería nada, ya nunca sería, Lorena Berezaga estaba muerta. Tanto miedo a la muerte, tantos terrores nocturnos, tanto pánico ¿para qué? Cuando la muerte vino solo la vio en forma borrosa, desfigurada, difuminada en la llovizna y no la reconoció.








La Carta de L –Nogoyá Diciembre de 2001

Marisa es una mujer muy linda. Su cabello castaño levemente rizado caía sobre sus hombros, en su rostro sus llamativos ojos rasgados con su iris del color de la miel sobresalían por su belleza. Solo su gestualidad recordaba en algo a NOAR,
“Creo que a mi padre le hubiera gustado que conserves esto” me dijo extendiendo hacia mí un ejemplar de CANTO A MI MISMO de Walt Whitman, lo tomé desconcertado, nunca me había interesado la poesía y más aún siempre pensé que las obras literarias perdían su alma con la traducción, lo guardé en silencio en mi portafolios y continué conversando del asunto que me había llevado hasta allí, el estudio de NOAR no había cambiado demasiado , solo que su nueva ocupante no tomaba whisky en taza y por cierto tenía otros encantos.
Al regresar a mi casa, tiré el portafolios sobre la mesa del comedor y no fue hasta después de transcurrida un hora más o menos que me acordé del libro, regalo póstumo, de mi amigo. Lo extraje para depositarlo en la biblioteca, en el estante de libros que yo consideraba indigestos como La colmena de C.J.Cela o la traducción del Ulises de Joyce, al hojearlo vi el sobre, con el membrete de una librería, dirigido a NOAR y remitido por una tal Nicanor Méndez, supuse que sería algún catalogo o alguna respuesta a algún pedido formulado, lo abrí y leí las palabras escritas por un fantasma




Capital Federal 3 de Enero de 1998

Mi viejo y querido amigo:
El mal tiene muchas formas, una de ellas es la traición. El mal sabe sitiarnos, aislarnos convertirnos en parias. El mal tiene muchas formas y sabe disfrazarlas, camuflarlas ocultarlas a nuestra vista. La máquina del mal no se detiene, nos acosa, nos impide descansar, avanza en la negrura de la noche, pero también en los días más diáfanos. Muchos años hemos recorrido juntos, viejo amigo, luchado contra ésa maquinaria infernal que nos agobia. Pero la traición se enseñorea entre nosotros, quien creímos nuestros amigos actúan como Judas, nos besan para entregarnos. Todo peligra, Nicolás, todo peligra. Se ocultará la verdad para siempre y las sombras disfrazadas de soles asolaran nuestro mundo. No nos queda mucho a ninguno de los dos, tu cuerpo demuestra los estragos de la enfermedad y el mío es una ruina que solo desea la tumba para descansar. La traición de Balcarce y Flores puso todo en peligro, ya siento el fétido aroma del demonio a mis espaldas, creo que es hora de enfrentar lo que queda de los traidores, tengo la ventaja de la sorpresa, que no saben que se de su deserción, que no saben que puedo ver aún a través de los disfraces del mal.
Flores ya tuvo lo suyo, Dios es justo y guía sus instrumentos. Balcarce es más difícil, más taimado, pero ya llegará la oportunidad, ahora mismo iré a verlo, llegaré a su casa como el viejo amigo, que según sus dichos soy. Vigila amigo, vigila, los candados que pusimos se han roto, el mal se acerca de distintas formas, vigila viejo amigo. Espero volver a verte, para tomar un café como hace un mes, pero como verás mi pensamiento a cambiado y como tu Pancho Ramírez me vuelvo al entrevero aunque me cueste la vida, y si no vuelvo a verte Nicolás en el cielo de los justos nos encontraremos


Un abrazo L


P.D. : Hace dos días que no fumo, ya casi no me queda voz.



Guardé la carta nuevamente, y permanecí largo tiempo en silencio. Las sombras caían sobre Entre Ríos y otras sombras caían sobre Argentina. El mal tiene muchas formas, pensé, y es muy difícil distinguirlas. Cuatro años pasaron desde aquella mañana en que mi primo me rebeló que había llegado una carta de L, el inexistente. Ahora la tenía en mis manos y no sabía que pensar .NOAR seguramente descansaba en el cielo de los justos, como afirmaba L, con la convicción de los fanáticos, o ardiendo en los infiernos por hereje, como afirmara el párroco extraoficialmente, con la misma convicción.
Justo o Paria ya no podría aclararme nada.
Pensé en hablarle a Marisa, y preguntarle su opinión sobre esto, pero por el momento decidí dejarla donde la había encontrado.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Decimo Cuarta Entrada de Los Custodios del Sello

Notas

“Cuando el Tata murió o no sé, cuando se fue, el cielo se incendió sobre el mar, llamas como nubes enmarcaron el cielo sobre el mar, el agua hervía , si si hervía, así me lo contó la Camiseta, ese día cuando vino, estaba flaca , arruinada, la Camiseta, pobre, ni sabía que la mama había muerto hace rato o se había olvidado, no sé, estaba tan flaca , los ojos hundidos, los pelos como paja , pobre la Camiseta . Se sentó bajo el alero y se quedó mirando al monte, si apenas respiraba pobre, fiera como siempre pero ahora encima de fiera arruinada, descuajeringada, las canillas como vara de biznaga las manos como arañas apoyadas en la falda hueca y vacía. Cuando el Tata murió, encerrao como un loco, capaz que estaba loco el Tata, la mama siempre me dijo que era un arrancao verde, el cielo se prendió fuego, me lo contó la Camiseta aquella tarde cuando vino por el camino del monte. Pa mí que la Camiseta estaba loca, loca de hambre seguro, por lo flaca, seca estaba seca, piel y huesos. A mí que el Tata se hubiera ido , la verdad nunca me trajo pena, apenas lo recuerdo, la mama sí, la mama si que estaba siempre , la mama nos cuidó como una gallina a los pollitos, si hasta sabía ser brava cuando algún invitao se quería sobrepasar con alguna de las gurisas, brava muy brava, con el facón en la mano era mejor que cualquiera , dicen que a alguno le sacó las tripas a tomar rocío, no se yo no la ví , pero dicen , vio la gente dice tantas cosas. Pero la mama era como una liona cuando había que cuidarnos, mientras fuimos chicos después no cuando los mas grandes se hicieron hombres, ya no necesitó, el Sombrero era bravo muy bravo el Sombrero. A mi que el Tata se hubiera ido, nunca me causó pena, si apenas lo recuerdo. Pero la Camiseta, era otra cosa, a la Camiseta le agarraban ésas pensaderas , seguro que como el Tata era media arrancada verde , hasta que una tarde después de encerrarse con la mama , la mama era buena pero era brava, tomó sus pocas pilchas y se fue a buscarlo al Tata. Le agarraban ésas pensaderas, se ve que le llenaban la cabeza, las pensaderas hasta que le dio la viaraza y se fue. Pa mi que la Camiseta está media loca , dice que hervía el agua en el mar por ahí por donde el Tata se murió, que el Tata se murió la verdad, que a mí no me apena , cuando se murió la mama , cuando se murió la mama si que el cielo no se prendió fuego , pero el campo se me hizo mar por las lagrimas que me brotaban de los ojos, no hervía el agua del mar me hervía el cuerpo de rabia, por que Dios me la quitaba, tan buena y tan brava la mama.
Mirá Camiseta, le dije, quedate o andate, pero del Tata no me contés más cosas fantasiosas, no quiero oírlas, si se murió, se murió que se lo coman los gusanos.
Tan flaca la Camiseta, la piel y los huesos, le agarraban esas pensaderas, que le pudrían la cabeza, pobre Camiseta “
Fragmento de “Recuerdos de un Relato en la Pampa” de Giussepe Fioramonti 1925


Nogoyá, Agosto de 2001 La personas importantes

El agua ya estaba caliente, la vertí en el termo con cuidado, con un vaso empecé el mate con un poco de agua fría para no quemar la yerba, coloqué la bombilla en un costado para no mojar toda la superficie a la vez, me gusta que un pequeño montículo de yerba seca permanezca como un médano sobresaliendo de la superficie de espuma verde grisácea. Me dirigí a la mesa y me senté frente a mi primo que apagaba nerviosamente su enésimo cigarrillo en el cenicero azul con la propaganda de Gancia, al que no le entraban mas abollones. Le ofrecí en primer mate con una sonrisa pues como dicen las viejas es el mate del sonso o muy frío o muy caliente, con una mueca se levantó hacia la bacha de la mesada y escupió el liquido verdoso “Boludo, está helado” me dijo “Lo empecé con agua fría para no quemar la yerba” repuse. Estiró su mano devolviéndome el mate, mientras con la otra hacía un ademán ampuloso con el puño cerrado, se sentó nuevamente en la silla y encendió otro cigarrillo, exhalando el humo hacia el techo.
“¿Podrás hacer negocio?” Pregunté casi por compromiso, su respuesta fue una mueca de duda.” Es una buena propiedad” dijo “pero de rompe y raje no se puede vender un campo, salvo que tengas la suerte, que otra vieja con plata como ella, venga con el dinero y el capricho de ésta señora Berezaga, varias veces me he preguntado por lo raro del comportamiento de ésta dama , sobre todo después que me constaste que se conocía con mi amigo Ari del Monte, él nunca me lo comentó ni siquiera cuando vino a comprarle éste campito me consultó, le hubiera ofrecido campos mucho mejores por el 60% de lo que le costó éste. Por eso te digo que hacen falta dos elementos, dos condiciones sine qua non 1) el dinero y 2) el capricho” vociferaba con elocuencia tomándose el índice y el dedo mayor de la mano derecha entre el pulgar y el índice de la mano izquierda para remarcar su enumeración. “Eso si tiene un pozo embrujado, patos fantasmales y degollados insepultos que van a mejorar el precio de la propiedad” le dije mientras le alcanzaba otro mate “El viejo Bautista me contó hace muchos años una vieja historia de su juventud” continué “una historia muy rara, que después relacioné con otros acontecimientos, me contó que una noche presenció un hecho que podría llamarse misterioso con todo derecho y hasta con algunos elementos sobrenaturales. Y ahora él cuento de Carlos María sobre el pozo y los fantasmas me lo recuerda e inconscientemente lo he relacionado…” me detuve ante la interrupción de mi primo “Vos loco, siempre con boludeces, siempre con cosas raras, ¡me parece que tenés un exceso de imaginación o de credulidad! El viejo Bautista era un delirante, sus testigos están en el cementerio, vos debes ser el único que le ha creído todas las idioteces que decía. Los huesos luminosos en el arcón bajo el sauce, si si, el pescado luminoso, si si, mirá luminosa tiene que haber estado la caña o la grapa que se habrá tomado en el arroyo para calentar el cuerpo. Además sabes muy bien que nunca pudieron encontrar nuevamente el famoso arcón, solo la tierra removida que la tiene que haber removido el mismo Bautista, en pedo esa noche. NOAR me contó ésa historia y el la conocía de boca del mismo viejo mentiroso que te la contó a vos, pero NOAR no era ningún ingenuo” Vociferó golpeando la mesa con el fondo de su encendedor descartable para enfatizar las sílabas “Mirá yo no creo que el viejo Bautista haya sido un delirante y no se porque pero yo le creo, yo creo en lo que me contó , en sus ojos no se leía un atisbo de mentira , creo que el viejo vio algo en aquella oportunidad, creo que el viejo fue un elegido, un testigo, no se de qué , no se si para bien o para mal, pero creo que el viejo ( adolescente entonces) recibió un aviso en forma de pez fosforescente y eso lo llevó al monte, el miedo hizo el resto. No loco, no creo que fuera un delirante, ni siquiera era tan viejo como parecía, estaba avejentado quizás por la discriminación de la que era objeto, aquí te ponen el cartel de Delirante y fuiste, no te lo sacás más. Probablemente los mismos que lo enterraron lo sacaron y lo pusieron en otro lado con todo el lío que tiene que haberse armado con éste pendejo desmayado y hablando de cosas fantásticas, Nogoyá en aquellos años era mucho mas chico que hoy , y si ahora todo el mundo se entera de todo, imagínate en ésa época.” dije súbitamente verborrágico. La mirada de mi primo era entre divertido y sorprendido, sorbía el mate en silencio. “Lo que te falta decir es que los enterraron en el campo de Lorena Berezaga con eso redondeas el concepto” me dijo risueño “en realidad personas importantes creen que algo de eso puede haber ocurrido, personas importantes creen que cierta secta fanática y clandestina, puede haber traído los restos de cierto sacerdote enigmático a Entre Ríos y más precisamente a Nogoyá. A ésas personas no les parece bien que eso pueda haber ocurrido. Y menos que anden husmeando en el pasado” Repentinamente serio se levantó me saludó con la mano y se fue, unos instantes después regresó, retomó asiento, aceptó en silencio el mate ofrecido, puso sobre la mesa una de las tantas Obras de León Morientes que leía habitualmente, y me dijo “Aquí está todo sobre la Conspiración de los Judíos, sobre como ésa ridícula historia de Pérez de Roldán forma parte de un plan perfectamente orquestado para ridiculizar nuestra religión y nuestra cultura. El viejo Morientes si que la tiene clara, clarísima, léelo y te convencerás de lo que te digo. Tiene consideraciones sobre la mendaz historia de Fioramonti ,por ejemplo no se si sabes ese libraco Recuerdos… lo publicaron los hijos de Fioramonti después que se había muerto, nunca se encontraron los manuscritos ni nada que pueda afirmar la veracidad de sus dichos, si es que Fioramonti en realidad había escrito algo” se detuvo con su palma depositada en la tapa verde del libro de Morientes “ Desmitificación de Entre Ríos : combate a la pérfida mentira de los paganos y los oportunistas” respiró profundamente y continuó “ Don León cree que en realidad Fioramonti era un gringo iletrado , un inmigrante analfabeto e ignorante , que para lo único que servía era para puntear tierra siempre que le explicaran cuan era el mango y cual la hoja de la pala, así de bruto era, clarito lo explica Don León en su libro ,y los hijos , los hijos eran una manga de trepadores que se aprovecharon de la generosidad y la tolerancia de nuestra tierra , como si los títulos conseguidos en nuestra universidades pudieran sacarles el olor a bosta de sus orígenes. Hasta en un capítulo arriesga la teoría que Fioramonti haya sido un descendiente de Judíos conversos (Hipócritamente conversos por cierto) y que sus hijos, como no podía ser de otra manera, se prestaron para publicar en nombre de su padre muerto, y movidos por un interés puramente monetario una serie de historias falsas, inventadas por todo ése grupo de idiotas que querían santificar a Pérez de Roldán, sentando las bases para toda la mentira posterior. Como si se hubiera creado todo un mundo imaginario en el cuál basar lo posterior. Claro que cómo bien demuestra Don León La Gran Conspiración de los Judíos se valió de todo este asunto para llevar agua a su molino. Ya te dije hace mucho, cundo Ari Del Monte nos vino con toda ésa patraña del diario intimo de monje pederasta no hay nada inocente en todo esto , nada” Guardé un silencio reflexivo , me interrogué cuales serían las fuentes que Morientes y sus seguidores tendrían para realizar aseveraciones tan tajantes , sobre el carácter de las personas, escritores, políticos , periodistas etc. O de las organizaciones o grupos étnicos o religiosos a los que no dudaban en atribuir las más abyectas de las conductas, para lo cual no tuve ni tengo respuestas. Es probable que se tratara de iluminados por una verdad revelada, ajena al común de los mortales. No lo digo por mi primo, que es un hombre sanamente convencido de los valores de la tradición, la patria y las escarapelas. Existen temas que mejor no tratarlos con él como los referidos a los súcubos, íncubos y demás demonios que según ciertas personas pululan por el orbe.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Décimo Tercera Entrada de Los Custodios del Sello

Monte Santiagueño mediados de 1996

“Volverán a la tarde, ladrarán como perros” Salmo59-6

A pesar de ser principios de Agosto el calor era insoportable en el apostadero.
Flores Schneider estaba impaciente., hacia dos horas que esperaba la aparición de ésa maldita chancha por el sendero. No soportaba más esperar, la paciencia del cazador no era su fuerte, a él lo entusiasmaba la aventura, el vértigo, el enfrentarse con su presa el disparar su fúsil. Descendió por la escalera de madera y comenzó a caminar por el estrecho sendero, sus perros entrenados lo seguían sedientos de sangre. De pronto inquietos comenzaron a ladrar y salieron disparados tras la maraña de espinas. Flores Schneider corrió tras ellos, habían identificado la chancha, seguro que sí.
Guiado por el estruendo de los ladridos divisó su jauría que rodeaba el animal bajo un algarrobo enorme, apuró aún más su carrera, de pronto el suelo cedió bajo su pie derecho, una cueva había atrapado su bota, al caer con todo el peso escucho el crepitar de su pierna al fracturarse, tocó su pantalón húmedo de sangre tibia y palpó el extremo distal de su tibia fracturada emergiendo de la piel “Carajo” dijo.”Como salgo de ésta” pensó. Con esfuerzo paso sus manos debajo de la rodilla derecha y traccionó la pierna y el píe fuera del hoyo. “Seguramente podré arrastrarme hasta el apostadero donde están los muchachos” pensó .Realizó varios disparos para llamar la atención pero nadie concurrió seguramente pensaban que estaría ultimando al jabalí .Comenzó a arrastrarse de regreso, un extraño silencio se produjo en el monte. El aliento del animal en su nuca tibio y húmedo, como el beso apasionado de una mujer pero con el hálito inmundo de la muerte. El Dogo lamió su pierna lastimada Flores Schneider agradeció al cariñoso animal con una palmada en la cabeza, fue su último acto voluntario antes de la mordida inicial, pronto la jauría entera se arrojó sobre él.
Cuando lo encontraron solo quedaban huesos y vísceras, el cuero cabelludo estaba casi intacto bajo el casco de corcho. Un viento húmedo y cálido revolvía la hojarasca, una sombra se movía en la espesura con el silencio de la muerte. Uno de las baqueanos fue el encargado de sacrificar los perros. A cientos de kilómetros en la campiña entrerriana una mujer temblorosa y agitada levantaba el teléfono con su mano derecha para recibir la terrible noticia de la trágica muerte de su esposo, con la mano izquierda apretaba la cabeza de su amante entre sus muslos abiertos. En la espesura del monte vecino extraños chillidos cortaban el silencio del atardecer.






Monte Entrerriano Mayo de 2003

Pocos lugares son tan sobrecogedoramente hermosos como el monte, tan raramente misteriosos tan llenos de silencios y sonidos. A su vez tan inhóspitos y salvajes. Donde todo toma otra dimensión, donde cada rincón con sus claroscuros oscilantes esconde un misterio o un peligro, sobre todo visto por los ojos de un niño de 12 o 13 años. Pero también es un lugar propicio para la aventura, para satisfacer uno de los instintos primitivos del hombre como es la caza, los dos niños caminaban sigilosos entre las matas por los senderos abiertos por los vacunos mirando hacia el irregular techo vegetal en busca de sus presas aladas. Las gomeras tensas cargadas, listas para ser disparadas, una bolsa de tela en la cintura servía de recipiente para los proyectiles de canto rodados. Un par de palomas montaraces llamó la atención de los niños en un claro cerca de una pequeña cañada se acercaron en silencio y uno de ellos con un disparo certero abatió al animal que cayó aleteando bajo un ñandubay añoso, corrieron para atraparla con el temor de que solo se encontrara aturdida y fue cuando vieron el bolso entre dos ramas del viejo árbol. Perdido el interés en su presa uno de ellos subió de un salto al tronco, y en pocos segundos se encaramó en el mismo, prendiéndose con una mano de un delgado tronco con la otra tomó el bolso y lo atrajo hacia sí. Luego lo arrojó al suelo donde su compañero de correrías lo tomó, una pequeña y fingida disputa por el trofeo se llevó a cabo con corridas, gambetas y caídas. Cansados y riendo los dos jovenzuelos se sentaron en el suelo y lo abrieron. Extrajeron una campera polar azul, una caja y media de cigarrillos negros, un viejo encendedor a gas desgastado por el uso, una agenda y un atado de bolígrafos, una jabonera plástica vacía, un cepillo de dientes y un tubo de dentífrico casi vacío. Seguramente serían de algún cazador o de algún bichero que se lo había olvidado un cazador al que le gustaba escribir. Abrieron un atado de cigarrillos que extrajeron de la caja abierta y comenzaron a fumar con gestos teatrales haciendo ademanes con el encendedor metálico. Uno de ellos desabrocho la agenda de cuero marrón encontrándose con páginas llenas de una letra pequeña y casi ilegible, dibujos incomprensibles y un sobre cerrado con un destinatario desconocido. La volvió a cerrar y la arrojó dentro del bolso abierto, colocándose luego la campera que le llegaba a las rodillas gesticulando como un vaquero del lejano oeste en pleno duelo, extrayendo Colt imaginarios de su cintura y soplando el humo del caño tras el disparo. Al cabo de un tiempo guardaron todo nuevamente y emprendieron el regreso, la paloma olvidada extendió sus alas dotadas de un particular brillo y levantó vuelo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Décimo segunda entrada

Nogoyá Enero de 1996 León Morientes

“Si la Verdad atenta contra los sagrados intereses de nuestra causa, contra los mas acendrados principios de la Tradición y La Patria, es de hombres de bien, de argentinos de ley, optar por la Mentira” León Morientes. Alocución de Enero de 1996 en la presentación de la primera parte de su “Negación…..” Copia Taquigráfica.

“Para mí no tiene nada de raro”, dijo Flores Schneider, girando la cabeza hacia mí “si tenés hijos con una lavandera lo más normal es que le pongas nombres de prendas de vestir, sobre todo si la que trabaja es ella” me sorprendió pues yo nunca tuve mucha confianza con él, por una cuestión generacional y de distancia, ya que vivía en el campo y pocas veces viajaba a Nogoyá por mucho tiempo., como para compartir
charla, además mi conocimiento, superficial por cierto, era a través de NOAR. , me sorprendió también que estuviera prestando atención a nuestra charla, pues conversábamos en voz baja y él parecía dispuesto a saludar a toda la concurrencia.
“Lo más normal nene, si te casas con una médica, tendrás que ponerle a los gurises nombre de antibióticos por ejemplo, una nena Penicilina, otra Tetraciclina un varón Metronidazol ¡fantástico! Si te casas con una abogada código civil al nene y si es nena constitución nacional, el problema si te casas con una prostituta, ¡cómo le pones a los gurises!” Dijo riendo con ganas a la vez que con su mano hacía un ademán al aire como diciendo “déjense de embromar con pavadas.”
Las Hermanas Adoradoras del Santo Sable hicieron su aparición en fila india, por el pasillo central luego se bifurcaron y ascendieron en columnas convergentes, desde los laterales de escenario, la ceremonia conmemorativa, a la que yo asistía por pura curiosidad comenzaba con el encendido de una cruz, luego la taparon con un trapo húmedo (como se cubrían las imágenes el viernes santo) a la vez que del techo descendían dos estandartes con las imágenes de San Martín y la Virgen del Carmen.
Las palabras de introducción las realizó la presidente de la agrupación, con encendidas palabras sobre la tradición y las buenas costumbres, con reiteradas citas a los padres de la patria y a distintas advocaciones de la virgen. Frases de difícil constatación, origen indeterminado y más rebuscada interpretación. El cierre del acto lo realizó el propio Dr. León Morientes presidente de la subcomisión de Literatura e historia, del Comité eclesiástico militar para la defensa de la Tradición Patriótica y Religiosa de Entre Ríos sus palabras cascadas por la edad, tenían el filo de un cuchillo gaucho y las certezas absolutas de los ignorantes. Su intolerancia dividía la historia en Negros y blancos. Buenos y Malos, Probos y Réprobos. “Como el gaucho separa el ganado, así debemos apartar a los apátridas, cómo el gaucho sacrifica el caballo herido así tenemos que sacrificar ésa parte de nuestra sociedad gangrenada, infectada por las ideologías foráneas y alejada de la santa tradición, de la recta senda fijadas por nuestros prohombres y por nuestra sagradas creencias” La gente aplaudía cada una de estas frases absolutas, que dan la seguridad de lo infalible, era como escuchar la voz de nuestro padre a los cinco años de edad. Terminado su alocución muchos se arrojaron sobre el escenario para abrazarlo, para pedirle autógrafos o una dedicatoria de su última obra “Negación de la Teoría de la evolución de las especies y el regreso a la verdadera tradición gauchesca y cristiana. Primera parte” Mientras nos retirábamos NOAR me dijo “Gracias a Dios éste viejo tiene poco hilo en el carretel, no creo que vuelva a escribir, nos salvaremos de la segunda parte. Si este viejo pasaba cerca de Nuremberg seguro que lo ahorcaban” mi primo nos alcanzó presuroso con un papel en la mano
“viste loco me dio un autógrafo, es grosísimo el viejo” dijo. “Este viejo es mi guía espiritual” dijo con entusiasmo. NOAR lo miró con una mirada que traslucía una mezcla de asombro y asco, nos detuvimos ante el cartel que anunciaba la conferencia de Morientes patrocinada por Telecom.”Vamos a tomar un vinito nene, pero dejemos a éste loco contradictorio acá” aprovechando que mi primo se había detenido a conversar con Flores Schneider nos retiramos caminando por calle Caseros.
“Estos tipos defienden la cáscara del huevo y se olvidan de la yema, son la misma clase de tradicionalistas que se mandaban a mudar a Francia, los que defienden la pavada nacionalista, la cosa folklórica y entregan los recursos naturales, los mismos que decían que éramos Derechos y Humanos” Dijo NOAR con una mirada melancólica hacia la plaza detrás del cristal, las luces de los autos que pasaban por la calle San Martín se reflejaban en los cristales de sus anteojos.”Viva la diarrea estival” dijo antes de vaciar su copa y levantarla en dirección al mozo, para que trajera otra.
Luego nos quedamos absortos observando el grupo de Hermanas Adoradoras del Santo Sable que entró al local en compañía del Dr. León Morientes arropadas con ponchos celestes y blancos con la publicidad de agroquímicos en lugar del sol y banderitas de Entre Ríos fabricadas en Taiwan. El mozo corrió presuroso con vasos hielo y unas botellas de Whisky importado, el Dr. Morientes con un gesto campechano extrajo un cuchillo de su cintura y al grito de “¡Vamos a degollar al monje!” cortó de un solo tajo el pico de la botella para verter la bebida con mas fluidez en los vasos levantados.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Décimo primer entrada de Los Custodios del Sello

Lucas Gonzalez 2001 El Pozo

“A mi ésta plaza siempre me pareció deprimente, con ésa iglesia gris mirando al sur, realmente horrible. Yo cuando estoy aburrido de Nogoyá me vengo para acá, a los pocos minutos extraño y me vuelvo gustoso. Este pueblo es un pueblo pedorro debe ser porque lo gobernaron muchos años los radicales, viste, realmente un pueblo de mierda” se detuvo un momento para encender un cigarrillo más. Luego señalando un árbol me dijo “Mirá que linda rama para ahorcarse, si tengo que pasar un rato más en ésta mierda, te juro que me ahorco, loco, ni lindas hembras, nada. No tenes un lugar decente a donde tomarte un aperitivo, nada. Pe-do-rro no le cabe otro nombre a éste villorio infectado de radicales y rusos. Si no fuera que éste boludo de Carlos María vive aquí ni en pedo que estuviera me quedo esperando en ésa plaza de mierda”
Calló contrariado “Ya veo que hoy no es tu día” repuse. “No, a mí me revienta las bolas tener que esperar, necesito el negocio , sino en éste mismo instante me voy a la reputa madre que me parió” “ En una de ésas viene con la viuda de Flores Schneider” repuse “ahí se te va a levantar el ánimo” dije “Sí en una de ésas caen con un casalito de canguros para aclimatarlos a Entre Ríos , pero está buena la guacha, soy capaz de invitarla a correr en bolas por la plaza” dijo riendo. “¡Dale, dale! poné en contacto el auto que quiero bajar el vidrio” dijo imperioso “que pasa loco” conteste mientras giraba la llave y él bajaba el vidrio “Quiero vomitar, mirá esa gorda infame que viene por la vereda, que asco, si yo pasara dos años en el desierto y al volver a la civilización me dicen que ésa gorda es la única mujer que queda en el planeta, inmediatamente me hago trolo” dijo con un gesto de determinación. En ése instante una camioneta estacionó a nuestro lado. Descendió pesadamente Carlos María con ésa sonrisa que más que reflejar un estado de ánimo es una mueca, tiró su gorra hacia atrás con un manotazo sobre la visera, sacó un pañuelo arrugado del bolsillo trasero de su pantalón de grafa
Secándose la frente, los bigotes y el cuello, apoyó sus manotas sobre el techo del auto y dirigiéndose a mi primo dijo. “Mejor vamos en la camioneta que tiene aire acondicionado, se me hizo tarde con todas ésas pavadas del Parque Temático y la Reserva Natural, cada día más quilómbos, uno atrás de otro cosa de no creer, pero bueno es la única forma de seguir haciendo plata, ja ja.” Subimos a la camioneta y nos pusimos en marcha hacia el campo que mi primo intentaba vender, el camino era polvoriento por la prolongada sequía. A los 12 Km. aproximadamente doblamos a la derecha hacia el oeste por un camino secundario, dos mil metros después nos encontramos en la tranquera del establecimiento de Lorena Berezaga. “Lindo campo hermano ya vas a ver” dijo Carlos María en el momento que descendía del vehículo para abrir la tranquera. Ingresamos por un sendero que transcurría entre dos potreros de pastoreo en uno de los cuales pastaba un buen número de vacas lecheras. Efectivamente era un campo limpio, con buenas instalaciones, casi todo nuevo, como si su dueña pensara en quedarse largo tiempo con él antes “que le agarrara la loca por volverse” según sus propias palabras, para mí no pasaba de ser un paseo pues mi único interés en el asunto era acompañar a mi primo a recorrer la propiedad que pretendía vender,
“!Mira hermano¡ molinos nuevos aquí , toda la cañería es nueva, también las bateas, en la casa ya te voy a mostrar pozo nuevo con bomba sumergible que abastece todo el tambo y el resto de las instalaciones. ¡Una joya! te lo van a sacar de las manos” Dijo
Carlos María señalando hacia un pequeña isleta cerca de la cual se levantaba un Molino de viento para extraer agua “Boludo vos me dijiste que todo el campo estaba limpio, y mirá es montecito, ésa mugre te ensucia todo el campo , en dos o tres años vamos a tener la selva de Montiel” dijo mi primo extendiendo su mano a tal punto de casi quemar con la brasa del cigarrillo al conductor, señalando la isleta “pero ,más boludo sos vos hermano, no son ni cinco hectáreas eso es una cañadita, no se puede limpiar sino la erosión se lleva toda la tierra, además sirve de sombra a los animales, vamos te la muestro para que no hagas tanto aspaviento” dirigió la camioneta hacia los árboles y se detuvo bajo unos algarrobos moros añosos, era un monte alto limpio que rodeaba una pequeña laguna en forma de medialuna, entre los juncos nadaba una pareja de patos que al acercarnos levantó vuelo. Descendimos del vehículo, para estirar las piernas y aprovechar el aire fresco de la arboleda, caminamos por un terreno irregular debido a las huellas que las pezuñas de las vacas marcaban en el terreno blando, pequeños bañados de apenas un metro de ancho surcaban el terreno “puro barrero” dijo mi primo “Mirá que estás delicado hoy” dijo Carlos María. “¿Y eso que es?” Preguntó mi primo, “un brocal viejo, de una tapera de quien sabe cuando” dijo Carlos María. “Mirá te voy a contar una historia que les va a gustar a ustedes dos, dicen que aquí mataron algunos gauchos del ejercito de López Jordán cuando los nacionales lo terminaron después de lo de Urquiza, dicen que eran gurises que ni barba tenían, pero sabés que a Sarmiento le gustaban los degüellos, sobre todo de sus rivales, y de ése pozo viejo algunas noches salen luces y se escuchan los quejidos de los moribundos y los ruegos de los que esperaban el cuchillo. ¿Linda historia no? No se si es cierta pero por aquí la dan por verdadera, si mi patrón estuviera vivo ya le habría sacado provecho, él era capaz de convertir cualquier cosa en plata, y si vos le vendés el campo a algunos porteños en una de ésas con esto le sacas unos pesos más, en ves de quejarte por que este montecito te va ensuciar el resto” agregó “ De éste pozo lo único que pueden salir son apereas y víboras por que está lleno de ramas” dijo mi primo arrojando la colilla del cigarrillo por el brocal derruido y haciéndome un guiño cómplice. Tomé un pedazo de ladrillo que estaba en el suelo y lo arrojé hacia la laguna donde se hundió con escaso ruido formando anillos concéntricos que mecieron los juncos. Nos dirigimos al casco para ver el resto de las instalaciones. Lorena Berezaga ya no habitaba la casa, solo los peones del Tambo nos recibieron con cierta indiferencia. A pesar de lo cuidado de todo aquello, me pareció un lugar triste, sombrío a pesar del sol radiante, impregnado de algo malsano, pensaba el ello cuando el mayordomo pelirrojo de la vieja se acercó para mostrarnos la casa. “Cómo le va amigo, ahora no vendrá a socorrer la viejita supongo” me dijo con una sonrisa burlona. Tomó a mi primo por el hombro y lo llevó dentro de la vivienda.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Décima Entrada de Los Custodios del Sello

Barrio de las Ranas 1985 El pez fosforescente

“Présteme atención joven, usted recién empieza en esto, el único interés que tienen todos, del color que sean, es conseguir el voto, después por dos años desaparecen. Ahora son como hermanos, como de la casa, después si los encuentras en la calle no te conocen, y eso que en estos pueblitos mal o bien nos conocemos bastante. Yo diría que ni los miremos, con los perros no se van a animar a entrar, déjelos que se vayan a joder a otra parte” dijo el viejo. “Por mí no hay problema, don Bautista” repliqué.
“El Monte siempre fue bastante tupido en ésa zona, entre el Nogoyá y el Nogoyá viejo, ahora está muy invadido por acacias, antes había más Talas, Espinillos y Sauces, yo tendría 25 años , poco más , poco menos, nos gustaba ir a pasar la noche a la costa , pescar, cazar , comer y conversar alrededor del fuego . Cosas de jóvenes. Esa noche era oscura, las pocas luces de Nogoyá se apagaban a la medianoche. El firmamento se observa en todo su esplendor en ocasiones así, en eso estaba yo distraído, mirando el cielo, no porque sepa de astronomía, sino por el sobrecogedor espectáculo de las estrellas que nos acerca a lo incomprensible y nos reubica en nuestra propia insignificancia. Ves como te dije ya se van, le tienen terror a los perros, ¡que vayan a joder a otro lado! Los muchachos se habían internado en el monte andaban atrás de unas vizcachas o no sé que bicho, yo me quedé pescando que es lo que mas me gusta, o mojando la línea como se hace tantas veces. De repente escuché unos ruidos entre los matorrales como de pasos, algún animal pensé, seguí pescando , cuando sentí el tirón de un pez ,franco, decidido , di el seco para clavarlo y me paré para afirmarme mejor en la arcilla blanda de la costa, apenas se veía con la lámpara a mecha que me dejaron, recogí y cuando el pez salió del agua quedé perplejo, una extraña fosforescencia lo envolvía , un halo verde amarillento lo rodeaba . Los ruidos se escucharon nuevamente ésta vez con mayor intensidad , pensando que eran mis compañeros de campamento, subí la barranca con mi rara presa en una mano y la lámpara en la otra, fue entonces cuando los vi. Al principio creí que solo eran dos, pero más tarde vi al tercero, de lejos por cierto, conducía el auto. Cavaban al pie de un sauce grande que estaría a 30 metros al sur de donde yo estaba rumbo al puente de hierro que ya no existe, allí donde se ven esas ruinas de cemento, creyendo que eran mis amigos me encaminé decidido hacia ellos , seguro habían encontrado una vizcachera. A pocos metros me di cuenta que eran dos desconocidos, uno sostenía un farol y el otro hacía el hoyo, terminado esto colocaron un bulto en él agujero y lo cubrieron con tierra. Tomaron la pala el farol y se fueron casi corriendo hacia el puente, dónde los esperaba el otro en el auto, un Chevrolet 39 si mal no recuerdo, volvieron a Nogoyá por el camino viejo, como quien entra por aquí por calle Alem. Volví sobre mis pasos hacia el Sauce, escarbe con las manos hasta que descubrí la caja, con el cuchillo solté el candadito, al abrirla quedé mudo mirando los huesos que de pronto se iluminaron con la misma luz del pez que yo había pescado. Cerré la caja la cubrí con tierra y corrí .no se cuanto tiempo, cuando encontré mis compañeros, me desmayé. Me desperté aquí en mi cama, al día siguiente
mi madre me recriminaba el haber bebido tanto , pero yo joven , nunca he consumido alcohol, jamás. Le conté esto mismo a su primo, es todo lo que sé, a los pocos días de aquellos hechos comenzó a llover el arroyo se desbordó, la creciente modificó todo, nunca más encontré la caja. Luego ya no la busqué. Eso es todo lo que puedo decirle, solo para UD, no lo repita, no me gusta que me tomen por loco”. Me despedí del viejo con un apretón de manos, al borde de la galería varios rosales color salmón estaban en plena floración, don Bautista era muy buen jardinero. Cuando estuve en la calle, me detuvieron un grupo de jóvenes para entregarme votos, les agradecí, sonreí y seguí caminando, pensando que probablemente en unos meses ni siquiera me saludarían. El aroma de los rosales había impregnado mi ropa, volví la cabeza y vi al anciano sonriendo y mirándome desde la galería. Tuve la sensación que algo había quedado en el tintero y el impulso de volver
.

domingo, 25 de octubre de 2009

Novena Entrada de Los Custodios del Sello

Nogoyá , Febrero 1998 El Entierro

El rocío aún permanecía en los pastos. La frescura de la mañana contradecía el calendario. El cortejo se detuvo lentamente en la rotonda, los empleados de la cochería de traje negro y guantes blancos abrieron la portezuela trasera del furgón fúnebre que brillaba negro y niquelado bajo la luz matinal. En letras doradas sobre fondo negro se leía en uno de sus laterales Nicolas Octavio Alfaro Rodríguez Q.E.P.D.
Aún algunos susurros, recordaban la negativa cerrada del cura párroco, de permitir pasar el cadáver de NOAR por la iglesia. “Viejo Hereje, ¡arderá en el infierno!”
Le atribuyen haber dicho, la noche anterior, cuando un grupo de conocidos fue a entrevistarlo. A pesar de ello un grupo de viejas rezó el rosario en el velorio, y hasta una monjita cantó las letanías. Si el fallecido despertaba en ése momento, sospecho sacaría esa fauna exótica de su casa.” Que cagada lo del viejo. Sabía que estaba muy enfermo pero no pensé que tan pronto se mudaría para aquí” dijo mi primo, que tenía sus anteojos oscuros y parecía sin dormir. “No te vi en el velorio” dije. “Odio los velorios, me producen una sensación de encierro, me mareo. Definitivamente los velorios no son para mí, al único que voy a tener que ir, sí o sí, es al mío” dijo en voz baja con una sonrisa torcida. “La semana pasada antes que lo internaran, estuve charlando con él hasta la madrugada. Un tipo muy controvertido, muy singular , difícil es imaginar que exista otro tipo como éste, un auténtico destructor de convenciones.
Si hubiera sido Juez hubiera pedido su propio juicio político” continuó. “Si usando sus palabras un escupidor de sapos de tiempo completo” dije “¿Como decís?” preguntó
“Claro” continúe “el antónimo de tragarse sapos”. “Muy propio de él” dijo “escupidor de sapos, yo me imaginé no sé por qué, que te referías al sapo panza arriba que está enterrado en la Plaza Libertad, ése que si lo pisas te hace volver siempre a Nogoyá,
Este viejo era correntino, de Paso de los Libres creo, su padre trabajaba en el Ferrocarril y por eso vino a parar aquí. Me contaba, su embelezo con las maniobras de las locomotoras a carbón, en su infancia. El sueño mecido por el paso del tren que hacía temblar su cama. Estaba melancólico los otros días. Me contó que esa tarde había caminado por la costa del Nogoyá hasta el puente de hierro en La Alameda o lo que quedó de ella, recordando su infancia de mojarreros y gomeras. Me contó que te había recomendado estudiar la historia de la gomera en Entre Ríos, se reía de recordarlo.”
“Sabes que me olvidé de comentarte?” dijo casi en un susurro “ No tengo idea” respondí mientras avanzábamos por un pasillo lateral lentamente. “Me dijo que había recibido una carta del desaparecido L, pero no me contó de que se trataba, nos cruzamos con la viuda de Flores Schneider, que está muy buena te digo por otro lado, y se pusieron hablar de los camiones cisterna con agua de mar que estaban por llegar desde Brasil, puedes creer que importarla es más barato , lo que es la convertibilidad vale oro, loco, vale oro.” El cajón ya estaba depositado en el nicho, la gente comenzaba a desandar el camino, nos quedamos un rato en silencio mirando la madera lustrada que ocultaría por siempre lo que fue nuestro amigo (por siempre en nuestra medida de mortales) luego lentamente regresamos “Está rebuena la viuda de Flores Schneider, yo hace rato que no la veía y encima tiene plata, completita, completita” habló de pronto. “Espero que no te haga nadar con los tiburones” dije. Cuando Marisa franqueó el portal hacia la rotonda me dirigí hacia ella que venía flanqueada por Carolina y su hermana, y por otras personas que seguramente eran parientes a las que yo no reconocí. “Lo siento mucho” le dije con esa economía de palabras, tan propia de las circunstancias penosas, la abrace y tomando su rostro entre mis manos le bese la frente. Luego la acompañe a subir al auto de la cochería que la llevaría hacia su casa. Con las manos en los bolsillos la vi alejarse por calle 25 de Mayo hasta perderse tras el convento de las Carmelitas, me acerqué hasta donde estaba mi primo, que bromeaba con un empleado del Cementerio, nos dirigimos al coche y partimos .


Notas

“Probablemente Fioramonti salió alrededor del mes de Octubre del Bajo de los Baguales , en cercanías del Salitral de la Gotera , dónde sitúa sus últimos relatos de ése año, probablemente se dirigió al Lihuel Calel en busca de la Vieja Adela , pitonisa renombrada por ésa zona a fines del siglo XIX y principios del siglo XX . El viaje no tiene que haber sido fácil en aquel terreno hostil. Pero a mediados de Noviembre de ese año encontré al cronista en la zona, Fioramonti seguía el rastro de la diáspora de los habitantes de la ignota Villa La Ola.” Del Diario de Azorín reproducido sin autorización.

“Yo desandé el camino de aquellos desgraciados , lo desandé en sueños, noche tras noche. Tan vivida fue ésa experiencia que hasta en mi piel aparecían por la mañana, los rasguños que las malezas me provocaban en mis sueños, las ampollas que las piedras y los arenales provocaban en mis plantas. En todo el largo trayecto de su deriva, el suelo, los pastos, las matas, las rocas estaban impregnadas de una tristeza profunda, destilaban desesperanza. Yo ví a aquellas gentes danzando, jugando , apostando , fornicando en aquella plaza frente a la capilla tapiada , vi las lenguas de fuego consumiendo todo aquello hasta convertirlo en un terreno arrasado cubierto de cenizas negras, de soledad y de muerte. Como el rayo vengador de un ángel exterminador En mi último sueño vi a lo lejos un brocal ennegrecido de tizne, me acerque sedienta y al asomarme, sobre la superficie del agua como en un espejo, vi aquello. El rostro del anoftalmo que me sonreía desde la profundidad, maligno, desafiante. Se cuenta que Satán engendrará un hijo con su semen maldito en el vientre de una joven virgen, que ése será quien condenará al mundo, que nos sumirá en las llamas para siempre. Ese es el anoftalmo. La encarnación del mal. El hijo del diablo.
Yo desandé el camino de ésos desgraciados, y comprendí de que huían . Muchas noches, en mis sueños, aparece aquel brocal tiznado y mientras mis pasos se acercan , el horror me despierta. Y escucho zumbar el viento entre los pedregales, y temo verlo aparecer por mi puerta y en el fondo de mi corazón deseo el fuego purificador“

Fragmento del encuentro con la Vieja Adela extraído de “Recuerdos de un Relato en la Pampa” de Giussepe Fioramonti 1925

lunes, 19 de octubre de 2009

Octava Entrada

Nogoyá, mediados de 1996 Las inconsistencias de NOAR


El ambiente amplio, luminoso, estaba dominado por un escritorio de roble, recubierto con un grueso vidrio. Un velador metálico a la derecha sobresalía de una sábana de papeles en aparente desorden. Un volumen de una Historia del Arte, el tercer tomo de Historia de la Segunda Guerra Mundial de Churchill encuadernada en un gris celeste que con el paso del tiempo adquirió un color indefinido, el segundo tomo de Historia de Nogoyá de J. Segura e insólitamente un libro de Coustou encuadernado en amarillo descansaban en el otro extremo. Al fondo una estantería de tablones de madera y ladrillos cerámicos contenía infinidad de volúmenes que dudaba que NOAR hubiera leído en su totalidad. Siempre se me plantea la misma duda cuando veo bibliotecas abarrotadas. NOAR estaba muy delgado por entonces, la diabetes lo consumía poco a poco. “Dejate de joder con eso pendejo” me dijo “si alguien ascendió a los cielos no creo que eligiera la Argentina para hacerlo” continuó. “Ponete a estudiar al Gauchito Gil que por lo menos era argentino, no ascendió a los cielos pero dicen que es milagroso, o no sé, otra alternativa válida es la Historia de la Gomera en las Cuchillas Entrerrianas, es un buen tema, déjate de boludeces, ése Pérez de Roldan es otro fraude argentino, y además olvidado, supercherías, producto de una época donde se aplicaba el pensamiento mágico continuamente, no vas a encontrar nada más que tonterías e
inexactitudes de viejas desocupadas. Lo de L no sé, me tiene perplejo, pero bueno, yo no se nada de él hace varios años, quizás se murió estaba más jodido que yo y no tenía nada que envidiarle a una locomotora a carbón, dejaba una estela de humo al caminar. La última vez que nos vimos fue en el bar el Círculo en Laprida y 3 de Febrero, en Rosario por supuesto aquí no hay ningún bar en ésa dirección, estaba como siempre apurado. Me comentó que el médico le había prohibido fumar, pero se fumó 10 cigarrillos en un rato. Quizás se hizo humo.
Sabías que era marplatense. En una oportunidad me invitó a casa de su madre, hace muchos años por supuesto.” “Debe habérselo comido algún cáncer o un enfisema, pobre L su única familia era su madre, ya muy vieja por entonces, estaba más solo que Hitler en día del amigo. Yo he tratado de escribir una historia imaginaria, una ficción a partir de lo que los verdaderos historiadores escriben, vislumbrar el verdadero carácter de las cosas, la verdadera personalidad de los protagonistas de ésa historia, partiendo de lo que está documentado. La mayoría de los historiadores bucean en documentos oficiales o de personajes que has desempeñado importantes roles en el Estado, muchas veces el resultado de ésa investigación se transforma en una historia oficial o en la historia del Estado (municipal, provincial , nacional) y no en la historia de los pueblos , pero bueno eso es harina de otro costal, también las subjetividades sesgan muchas veces ésa investigación y los lleva a descubrir lo que quieren descubrir y a obviar lo que es incomodo para la ideología que profesa el investigador de todos modos yo parto de una base cierta, seguramente falaz . Pero constatable en los escritos de otros. Después puedo deducir que las cosas fueron de otro modo distinto, pero L, él partía de la nada, la niebla era su materia prima, investigaba cosas olvidadas, de gentes olvidadas, en lugares olvidados. Pasó años estudiando mapas, leyendo cartas, diarios, actas de nacimiento y casamiento, entrevistando gente. Buscando donde estaba esa famosa (únicamente para él, ignorada por el resto de la humanidad) Villa La Ola. Y sabes que logró, sabes que encontró, cuatro letras NADA. Nada de nada, si ése lugar existió fue tragado por el mar como la Atlántida. Una Atlántida criolla, subdesarrollada y miserable por cierto. Investiga la historia de la gomera, averigua si Hernandarias o Rocamora ¡cazaban pajaritos! Menos rompederos de cabeza y vas a salir ganando”. NOAR estaba iluminado por un haz de sol que entraba por la ventana, el pálido sol de ésa tarde de invierno permitía ver las partículas de polvo suspendidas en el aire, abrió uno de los cajones y extrajo una botella de Ballantines,”Hace frío, nene, vamos a calentar el gargero” dicho esto me alcanzó una de las dos tazas de café que había extraído junto con la botella y vertió Whisky en ella.
“ L me dijo un día , hace muchos años, pero aún lo recuerdo, que para lo absoluto el hombre tenía la misma trascendencia que las hojas de los árboles, pero como a los botánicos les gustaba clasificarlas y estudiarlas, a él le gustaba indagar sobre vidas olvidadas e insólitas. Bucear en los hechos extraños que se han perdido en el tiempo y en la inmensidad de nuestra tierra americana. ¡Y ahora el olvidado y perdido es él!”
“Ya estoy muy viejo y enfermo, creo que mis recuerdos mezclan realidades con fantasías. El transcurso del tiempo nos lleva a recordar, lo que creemos valioso, hasta a idealizarlo y transformarlo. Olvidamos lo doloroso, lo feo. Como te dije hace un rato sesgamos también nuestra memoria. Lo mismo debe ocurrir con las sociedades. Si tuviéramos nuestras heridas permanentemente abiertas sería imposible la vida. Nadie puede vivir con su dolor a flor de piel. Las sociedades tampoco.
Algo de eso debe haber ocurrido con toda ésa patraña de Ascendido de Villa la Ola. Una manipulación histórica que en algún momento hicieron determinados grupos fundamentalistas, y que al ver que no le servía lo descartaron y olvidaron. Son peligrosas las supersticiones, pueden alterar determinados órdenes, tocar determinados intereses. L intuía eso, quizás por eso lo buscaba, pretendía impregnarse de todo eso. Como en las guerras civiles recordamos las batallas los acontecimientos épicos pero olvidamos, como dice Bush padre, los “Daños colaterales”. Los saqueos, las matanzas de inocentes, las violaciones. Todo eso es borrado por los historiadores, olvidado, nada por aquí, nada por allá, desapareció, por eso te decía que muchas veces, la inmensa mayoría de las veces, se escribe la historia de los estados, no la de los pueblos, la de gente de carne y hueso que viven las vejaciones de la guerra o de las revoluciones o de las hambrunas”. Su rostro cansado se contrajo en una mueca, seguramente el dolor de sus piernas, que casi le impedía caminar se había incrementado. Pensé que tenía mucha razón en algunas cosas de las que decía, en otras me parecía adivinar una resignación velada por sus gestos de inconformista. Si bien habían sido amigos con L, me costaba pensar que aceptara su aparente desaparición, su paradero incierto, ése acto de magia que lo había esfumado del mundo. “ En mi próximo trabajo” dijo Noar de pronto interrumpiendo mis comentarios sobre los sentimientos de Sarmiento hacia Entre Ríos “ demostraré que Nogoyá no existe y nunca existió, desde ya nunca fue fundado” “ Una vez que lo demuestre todo desaparecerá y despertaremos en plena selva de Montiel , quizás escuchemos los golpes secos provocados por el cuchillo de un cura tallando una estatuilla del tronco de un Aguaribay ,para un historiador que se base en actas fundacionales Nogoyá no existe, si hasta el mismísimo Quiroga y Taboada sólo anduvo de vez en cuando por aquí y por un lapso breve entre 1782 y 1784 , en que su conflicto con Rocamora lo hizo marchar casi preso a Buenos Aires, y después el mismo Rocamora tuvo que marcharse , en realidad a nadie le interesó éste rincón de selva , refugio de marginales , sin títulos de propiedad , todo muy provisional, por eso lo del cura gaucho es un leyenda más, pero bueno que le vamos a hacer, en una de ésas Morientes me reta a duelo.”
“ Quizás en mi próximo trabajo demuestre que la plaza libertad se formó por el impacto de un meteorito, o mejor aún de un cometa” ”Cualquier cosa se puede decir y escribir, encontrado esto por un investigador del futuro puede crear una nueva historia sobre nuestra aparición en la faz de la tierra” dijo sonriendo “Pero seguro que si escribo lo del meteorito , no va a faltar un boludo que venga a realizar excavaciones, en busca de ADN de extraterrestres, y hasta en un de esas lo encuentra” guardo un momento de silencio y prosiguió “ Cuando don José Flores Schneider transformó su estancia en Área Protegida del Aperea Entrerriano todos se rieron a sus espaldas y hoy recibe gente de todo el mundo, que vienen a ver esos bichos, cualquier cosa es posible, me contaban que organiza excursiones guiadas, especie de safari fotográfico , ¡ni que fueran a ver dinosaurios los pavotes!. El viernes pasado, unos integrantes de la agrupación ecologista Los Verdes de Palermo, casi mataron a golpes a unos gurises a los que encontraron cazando apereas con ése arma que te recomendaba estudiar, como diversión, o para comer quien sabe, a cosa es que si algunos de los secretarios de Flores Schneider no los contienen los matan a los pobres. Podés ver entonces que existen locos para todos los gustos. Uno de los gurises todavía está internado en el Hospital, se dice que la Asociación defensora de Animales de Nogoyá, los denunció por intento de Faunicidio autóctono, figura penal que aparentemente no existe, pero que se proponen crear a través de los legisladores verdes e imponerle carácter retroactivo. Nada es sorprendente hace unos meses una Jauría de perros vagabundos atacó a un par de escolares, provocándoles heridas de consideración, un grupo de vecinos con palos salió en defensa de los infantes, hoy están denunciados por maltrato de animales. Y a vos te sorprendería que la plaza Libertad se haya formado por un meteorito que impactó en épocas inmemoriales ¡Bah, Todo es posible¡” “Hasta en una de ésas no era un meteorito, sino que era el mismo ángel caído al descender al infierno, que interesante
sería convencer a los turistas que en Nogoyá están las puertas del Averno” “Flores Schneider salía hoy para Santiago del Estero a cazar jabalíes con perros dogos, me contó Carlos María, el mayordomo, dice que mandó a pintar varios apereas con
Anilinas de distintos colores para llamar la atención de un contingente de japoneses que llegaba ésta semana, tiene pensado también ofrecerles apereas criados dentro de una botella, muy con su cultura oriental. De lo contrario le hubiera llamado para convencerlo de las posibilidades de una puerta al infierno como atractivo turístico, pero no sé él está en el ramo ecologista. Además hizo llenar un tanque australiano con agua salada y tiene un tiburón en él para natación aventura, dice que es un éxito total.” Viendo el rumbo que tomaba la conversación a raíz de las repetidas tazas de whisky me despedí con los últimos rayos del sol. Me fui pensando en aquellas palabras de L “NOAR está loco” y nunca estuve mas convencido de ello pero recordé además “Las habladurías de viejas, locas o desocupadas otra coincidencia con L”

domingo, 11 de octubre de 2009

Septima Entrada

Barrio El Morajú. La Cena. Marzo de 2000


Caminé hasta la estación de servicio, a buscar el coche, lo había llevado para lavarlo, cosa no muy frecuente, pero consideré inapropiado ir a un compromiso de ése tipo, en un auto mugriento. Cerca de las nueve menos cuarto tomé la ruta para dirigirme hasta El Morajú. Era una noche cálida, el aroma del campo impregnaba el aire. La luna en cuarto creciente asomaba en el horizonte. Las luces del paseo público iluminaban los fresnos ya amarillentos. La casa de la mujer se ubicaba en la primer calle, tejas esmaltadas y galería con arcadas, no tenía gran personalidad pero era agradable precedida de un pequeño jardín. Leticia me abrió la puerta, me pidió que me sentara en la pequeña sala, pronto vendría la señora Lorena, me ofreció un Whisky, lo rechacé, no me gusta beber en casa de extraños, y ésta Lorena no era otra cosa para mí. A los pocos minutos apareció la vieja, vestida de Jean y una blusa crema parecía salida de una película norteamericana hasta los grandes aros de bijouterie denotaban mal gusto.
Sin embargo su conversación era agradable, una mujer de modos suaves, contrastaba su encanto personal con su aspecto, un tanto ordinario. Luego de los saludos de rigor, me contó que no hacía mucho que estaba en Entre Ríos, era nacida en un pueblo llamado Las Nutrias cerca de Lobería en provincia de Buenos Aires. Había decidido cambiar de aires por circunstancias personales, que no me comentó. Me habló de sus ataques de pánico, del tiempo que había transcurrido hasta que le hicieron un diagnóstico de certeza y un tratamiento que si bien no la curó disminuyó mucho su frecuencia. Casualmente , la mala interpretación de esto fue la causa que desencadenó el episodio en que la conocí, el distanciamiento de las crisis la llevó a creerse curada, abandonando la medicación, “ UD presenció los resultados” Me dijo que había conocido circunstancialmente a mi hermano, en una reunión de la sociedad rural ,donde también había conocido a mi primo. Algo sobre vialidad y el estado de los caminos, de los cuáles se quejó amargamente. “no se puede sacar la producción, si el campo no produce, la Argentina se muere” afirmó tajante. No se bien cómo derivó la charla, pero en un momento le comenté de mi encuentro con Aristóbulo del Monte, el historiador de Balcarce, ella cambió de actitud un parpadeo repetitivo denotó tensión. “¿UD conoció a Ari? El me consiguió el campo aquí. ¡El pobre! sabrá que murió, lástima era un buen amigo” Le contesté que ignoraba su muerte y que mi conocimiento de él se reducía a un solo encuentro. Sin embargo lo lamenté, pues me resultó un tipo simpático y yo no compartía las teorías conspirativas de mi primo.”Si por muchos años fuimos amigos” me dijo “Era un hombre muy lindo en su juventud y lo seguía siendo en su edad madura, muchas de la zona estábamos enamoradas de él, le hablo hace 35 o 40 años o más” Se sonrojó. “Sin embargo murió soltero, no sólo, pero soltero. Sus propiedades las heredó un hijo que engendró con una mujer de Dos Naciones cerca de el cerro El Bote, donde su familia tenía un establecimiento rural” “Así que UD conoció a Ari!! La última vez que lo vi fue en Balcarce en su casa, me invitó a cenar como despedida pues yo el fin de semana siguiente viajaba para aquí, hablamos hasta bien entrada la noche en compañía de un amigo de él, otro historiador, de ése tipo raro de historiadores que rodeaban a Ari, éste investigaba sobre personajes religiosos desconocidos, apenas se escuchaba su voz por la disfonía, un flaco desgarbado que fumaba como un murciélago, por el que Ari parecía sentir un gran aprecio. Unas semanas después Ari presentó una Hemorragia, vomitaba sangre, aparentemente por su apego a la ginebra, duró poco, me
enteré de su muerte como un mes después de ocurrida. Lo sentí mucho” “Ginebra con poco hielo”, pensé, “más ginebra que hielo”, recordando aquella noche de San Miguel.
“Ari era una gran conversador” continuó “era uno de ésos tipos que te envuelven con su charla y que acortan el tiempo” calló un momento, miró a través de la ventana hacia el jardín y la calle pero se sabía por su expresión que su mirada no era externa sino hacia la memoria” Lo conocí una noche de carnaval en el Club Cultural de las Nutrias haya por 1947,creí que era el hombre de mi vida, y aún hoy me pregunto si no me equivoque al rechazarlo, pero UD sabe como eran las cosas entonces. Era un muchacho extraño que estudiaba Historia no se ocupaba de las cosas del campo y encima no era constante en sus visitas. Una tía me llevó a una vidente, una pitonisa de Mechongue muy renombrada en la zona (Lorena usaba con frecuencia la palabra Zona y Campo) y especializada en cuestiones del corazón, ella me recomendó que me alejara de él pues ocultaba un secreto, un secreto imposible de compartir, que podía llevar al desastre a quienes se le acercaran. A los dieciséis años, menos que eso es suficiente para no mirar más a un chico, más aún con mi personalidad aprehensiva. Luego de muchos años lo reencontré y estuve dispuesta a no perderlo, creo que fui su amiga” Leticia entró con el café Lorena volvió a su compostura de antes “pero mire lo que le estoy contando, caramba, vamos a la galería a tomar el café y a charlar de cosas mas agradables”
De regreso imaginé la escena de Ari, Lorena y su amigo fumador, tan parecido al inexistente padre L, fui al centro me quedé a mirar un partido de fútbol por alguna de las múltiples copas de asociación sudamericana de Fútbol, los amigos me invitaron a seguir con una truqueada en casa del ruso, desistí, ésa noche soñé con secretos revelados entre vómitos de sangre y humo de tabaco. Secretos imposibles de sobrellevar. Desperté bañado en transpiración y con sensación de asfixia”

domingo, 4 de octubre de 2009

Sexta Entrada

Notas

Marisa sentada en el sillón, de espaldas al ventanal iluminado por el sol de la mañana parecía liviana casi etérea, una figura rodeada por un halo de luz que la envolvía como sosteniéndola en el aire. Su voz desvaneció mi pensamiento, con un gesto rápido me extendió unas fotocopias. Las tomé en mis manos las coloqué sobre la mesa ratona y comencé a hojearlas en silencio “son fotocopias del diario de Azorín, algunos pasajes que me parecieron te podrían interesar” dijo “después te acercaré algunas de las notas que L tomó del libro ése, de Fioramonti, son cosas que L trajo en su última visita a papá, no hace mucho las encontré por casualidad” La miré en silencio, con ésa rara sensación que su presencia me causaba. “las voy a leer y después te comento, éste Azorín es el que según Ari del Monte le dio la primer versión sobre la llegada de Pérez de Roldan, será interesante ver que me has traído” agregué “bueno che, espero te sirva, nos estamos viendo” dijo despidiéndose. La acompañe hasta la vereda y la vi alejarse con paso rápido. Me quedé un momento disfrutando del sol de la mañana, luego busqué mis cosas, subí al auto y me marché a realizar mis actividades. Varios días después, quizás más de una semana, al retornar un libro a la biblioteca, ví la carpeta con las fotocopias que habían quedado olvidadas y decidí leerlas sin mucho entusiasmo, aquella mañana pensé que la visita de Marisa tomaría otros rumbos y proyecté en ésas hojas toda mi frustración, por lo que las dejé casi tiradas. Pero ésa noche mi estado de ánimo era otro y decidí examinarlas. Las fotocopias no eran de buena calidad, se veían oscuras y gruesas rayas negras cruzaban el texto, lo que hacía su lectura difícil , casi penosa, más aún teniendo en cuenta que se trataba de un manuscrito.
“Hoy conocí a un joven estudiante , Aristóbulo Del Monte, un muchacho despierto e inteligente quizás un poco petulante , pero no demasiado como para que su presencia sea desagradable a primera vista, no obstante cuando se entabla conversación es un chico amable y de sonrisa fácil. Conocí a su abuelo cuando ejercía en la escuelita de Cerro El Bote ya que ésta se encontraba en su propiedad, gente muy buena aquellos Del Monte! A mi me ayudaron mucho en aquellos años, yo creo que Aristóbulo es hijo del segundo de los hijos de aquel a quien me refiero. Está muy interesado en el uso de artefactos de guerra a través de la historia militar, hablamos mucho, desde los Elefantes de Aníbal hasta el Gas Mostaza y los primeros blindados. Desde la guerra aérea hasta la Arquería, el conocía mi interés por ése tema y decidió aprovecharlo. Creo que estuve casi tres horas hablando con él pero fue una charla tan amena que el tiempo se me pasó muy rápido, le conté entre otras cosas una vieja anécdota de mi familia que se ha ido transmitiendo de generación en generación respecto a un joven que aterrizó en éstas pampas más específicamente en lo que era la vieja Buenos Aires en el último lustro de la colonia, es un relato que le atribuyen a un antepasado mío , como toda tradición oral en sumamente imprecisa y probablemente repetidamente modificada por los distintos relatores. En mi familia aseguran que un joven fue catapultado (con una catapulta improvisada) desde un velero hasta la costa,, como un hombre bala circense según aseguran tuvo la suerte de caer en un cesto de ropa y por eso salvó su vida. Este personaje de alguna forma u otra luego de éste llamativo episodio de su llegada por vía aérea seguramente el primero en el mundo, de una u otra manera imprecisa estuvo ligado a mi antepasado, por lo que éste tuvo conocimiento de su estancia posterior en Buenos Aires unido a una mujer de vida non santa, con la que engendró una docena de hijos a los que le pusieron extraños nombres. Ya he contado mi entrevista con Fioramonti hace muchos años en Lihuel Calel , encuentro tan extraño como inesperado, éste investigador afirma , entre muchas otras cosas, haber entrevistado a uno de los hijos de éste catapultado , devenido en cura con el transcurso de los años y corrobora el relato familiar de los nombres dados a los hijos : prendas de vestir. Después Fioramonti relata una serie de hechos oscuros en un pueblo desaparecido, al parecer por la ira de Dios en el que éste joven devenido en cura tuvo un papel protagónico. En éstos temas derivó mi conversación con el joven Del Monte, quien se mostró sumamente interesado, llamativamente, en éstas viejas anécdotas familiares, que para mí no pasan de ser un simple curiosidad.”. Del Diario de Azorín reproducido sin autorización.

Pje La Ilusión. Principios de 2000. La Serpiente

Este encuentro es fruto de la casualidad como casi todo lo importante en al vida.
Casi todo no todo, el resto en general es fruto del esfuerzo y la constancia. O de la astucia y la oportunidad. Me refiero a encuentros interpersonales, cuando atribuyo a la casualidad la de brindarnos cosas importantes.
Lorena era una mujer sesentona, que adquirió una parcela de campo en la zona sudeste del Departamento Nogoyá en los alrededores de un paraje llamado La Ilusión, en homenaje a quién sabe que soñador. El ancho y polvoriento camino se bifurca en éste lugar , dejando un triangulo de terreno en medio, al que socarronamente en nuestra infancia llamábamos la Plaza de La Ilusión, si el vehículo en el que uno se desplaza desarrolla moderada velocidad es conveniente no pestañear pues es posible entonces perder la visión fugaz de éste lugar. Aquí se le ocurrió a Lorena comprar “su campo” como ella misma lo nombraba, próximo a Nogoyá sobre caminos moderadamente transitables “¡Ecológico pero no salvaje!” según sus palabras.
Volvía yo, de comprar yerba mate en uno de los pequeños comercios del caserío dirigiéndome nuevamente a la casa, cuando de pronto vi la Ford Ranger roja a la vera del camino. Me detuve detrás del vehículo averiado, descendí del auto y me dirigí a la mujer que permanecía inmóvil en el volante. “¿Necesita algo, doña?” pregunté . La mujer me miró con una mirada extraña, no podría describirla con exactitud., la mirada propia del pánico, sus pupilas midriáticas sus párpados muy abiertos, el rostro pálido.
Me observó en silencio. Abrí la puerta, observé que por el asiento se escurría un liquido hacia la alfombra. Se había orinado. La tomé del brazo, traté de tranquilizarla, me encontraba en ésa tarea cuando otro vehículo se detuvo en la cuneta opuesta. Descendió un hombre joven pelirrojo de pelo corto y rostro lampiño. “No se preocupe amigo” me dijo. “La señora tiene ataques de pánico” la condujo lentamente hacia su vehículo, la sentó en el asiento del acompañante y luego se dirigió hacia mí extendiendo su mano con una sonrisa cómplice “Está más loca que una cabra, esta vieja” me dijo mientras cerraba con llave la camioneta y por celular se comunicaba para que la viniesen a retirar.. Se alejaron rumbo a Nogoyá pronto la polvareda ocultó el vehículo. Subí nuevamente a mi coche y me dirigí a la casa. Cuando llegué con la yerba, me senté junto a mi hermano en la galería. Le comenté el episodio. “Sí ,sí Lorena Berezaga , es una porteña o de la provincia de Buenos Aires, compró un Tambo aquí a dos leguas dicen que no ensilla con todas las caronas” Luego nuestra conversación derivó en otros asuntos que nos ocupaban. Cuando me llegó la esquela, me sorprendí, primero por ser una forma de comunicación muy poco usada ya, segundo por quien me la enviaba. “De no tener otra ocupación, agradecería me acompañe a cenar el Jueves, me avergüenza la situación en que lo conocí y no desearía que UD. se lleve una falsa imagen mía, envíe la contestación con Leticia (la portadora de ésta).Atentamente . Lorena Berezaga.”
Repasé mentalmente si tenía algo que hacer el día Jueves, no tenía ningún compromiso, más por curiosidad que por otra cosa y pensando que sería una entrevista breve, “con unas cuantas palabras de compromiso me sacaré de encima la vieja” pensé, acepté la invitación que sería, según me informó Leticia, en la casa que alquilaba la anfitriona en el Barrio El Morajú, a unos cientos de metros del Aero Club hacia el Este de Nogoyá.
Vi alejarse a la muchacha con paso cansino hacia Boulevard España, un suave brisa del sur movía su ropa suelta mientras se marchaba.