XIV Consultorios y librerías.
-Sí, al tipo lo
pusieron ahí de eso no tengo ninguna duda-me dijo Schumacher, mientras de pie
delante de mí me alcanzaba una taza de té. Parecía más joven de lo que
realmente era. Era un hombre consecuente con su prolijidad. La misma que
mostraba cuando no era norma serlo. En aquella universidad revolucionaria y
convulsionada. Buen tipo Schumacher. Siempre lo aprecié más allá de no haber
compartido el camino en la lucha. En ese
mismo momento pensaba que me agradaba más estar con él un reformista que con
Horacio un verdadero duro en aquella
época. Quizás yo me había ablandado con el paso del tiempo. Pero Horacio ahora
era empresario. No se había unido a las FARC o a los Zapatistas.-Todas las
evidencias anatomopatológicas, o sea el examen de los tejidos
postmortem-continuó-no dejan duda ninguna con respecto a que ése cadáver tenía
por lo menos tres o cuatro días de muerto. Sin considerar que había sufrido una primer necropsia, posterior
a su homicidio.-se detuvo un momento para sorber su té, se acomodó los anteojos metalizados y
continuó.- Como te imaginarás, negrita, nadie puede sobrevivir a una necropsia.
Más allá que lo que acabo de decir es un absurdo absoluto.-sonrió
tímidamente-Es una práctica quirúrgica que se realiza sobre un cadáver, por lo
tanto es absurdo hablar de sobrevida.
Además tuve oportunidad de ver el protocolo de la necropsia anterior. Al
tipo lo mataron a balazos. De eso no hay ninguna duda.-me miró con la expresión
de quien había dicho todo lo que sabía.
- Te agradezco
Javier-le dije-Lo que pasa es que tengo un interés muy especial en todo este
asunto. Por una confusión nada más.
-Era amigo tuyo
-No, no era
casualmente un amigo. Pero un conocido. Sí un conocido.
-Bueno lamento no
poder ayudarte más-me dijo haciendo un gesto de impotencia con su rostro y sus
manos.
-Me has ayudado-le
dije-Me has ayudado bastante.¿que dirías si yo te dijera que lo vi caminando
por calle Tucumán dos o tres horas antes que lo encontraran?
-¡Qué es
completamente imposible! Los muertos no caminan-me contestó serio.
-Pues yo lo ví-le
dije mirándolo directamente a los ojos.
-Evidentemente ,
negrita, se trata de una confusión. No es posible que haya sido la misma
persona. Te lo acabo de explicar.
-Si, y no tengo
porque no creerte.-contesté-Pero yo conocía a ésta persona. Lo conocía mucho y
lo seguí hasta que ingresó a la iglesia. Si hasta me saludó.
-No se, para mí
eso entra en el campo de lo inexplicable. Una posibilidad es que hayas visto
efectivamente a este sujeto. Pero no el día en crees haberlo visto. Muchas
veces ocurre. Sobre todo cuando las noticias se difunden con cierto retraso
como en este caso. Quizás eso es lo que
te causó la confusión. Es probable que lo hayas visto el Domingo anterior, a su asesinato.
-Es posible
Javier-le dije pensativa-Es posible.
- Si, seguro que
es lo que ocurrió. Se por comentarios que están tras la pista de unos
adolescentes que habrían profanado la tumba y extraído el cadáver para realizar
esta broma. Macabra. Pero broma al fin.-me dijo tratando de explicar la
situación de tal forma de borrar mis dudas. Seguramente su espíritu racional no
le permitía ni siquiera por un momento salirse del campo de lo científicamente
explicable y demostrable. Me puse de pie.
Había averiguado lo que deseaba. Ahora
debería investigar por otro lado. Le di un suave abrazo, un beso en la
mejilla y me despedí. Jessica que había permanecido a mi lado escuchando como
ausente me preguntó.
-¿Vos crees que
te podés haber equivocado de día?
- Parafraseando a
mi amigo Javier Schumacher, es posible pero no probable. Yo se que Domingo fue
el que lo vi.-contesté
-¿Y estás segura
que era él y no una persona parecida?
- Existen rostros
que nunca se olvidan-le dije mirándola
pero viendo aquellos años en que creímos en la patria socialista, en que
Evita sería montonera. En que nuestros sueños dieron de cabeza con muchos
Serras manejados por López Rega y su triple A,
con otros muchos Serras infiltrados en nuestras organizaciones,
delatores, traidores. Con Serras conformando bandas de predadores armados por
el poder.-No tengas dudas que lo reconocí y
lo volvería a reconocer en cada oportunidad que lo viera.- guardé
silencio. Un silencio pesado. Jessica me
tomó el brazo y caminamos juntas, largo rato, cada una inmersa en sus
pensamientos. Por fin ella me dijo
-Y el pibe.
¿Crees que está en peligro?
-Si, lo está. Y
no podemos advertirle nada. El no sabe con lo que se enfrenta. Por seguir el
rastro de éste hijo de puta, dio con el
nido de víboras en pleno. Nosotros sabíamos a través de un tipo, un tal Furno,
de la existencia de una organización de exrepresores y neonazis que al parecer practicaban magia negra. Este
Furno era también una porquería uno de esos soplones a sueldo, un tipo capaz de vender la madre
por un peso. No le dimos mucho crédito. Hasta ahora. Hasta que yo lo ví a Serra
caminar hacia la Iglesia y comenzamos a seguir la pista de su cadáver. Estos
tipos que se hacen llamar la Hermandad del Gallo Azul, según Furno robaron las
manos de Perón-me detuve, miré la cara de sorpresa y la palidez en el rostro de
Jessica.-Eso dice Furno, ya te dije que es un tipo de la más baja calaña, que
su único interés era el dinero. Como su
información no era digna de mucho crédito Horacio no le pagó y el tipo
desapareció. Casi habíamos olvidado todo ese episodio. Hasta ahora.
-Entonces no es
tanto haberlo visto a Serra muerto caminando lo que te preocupa sino la
existencia de esta agrupación de fanáticos- afirmó Jessica como comenzando a
comprender.
-Si y no. Si me
preocupa que de la forma que sea esos grupos permanezcan activos. De ellos no
puede salir otra cosa que no sea violencia y muerte. Pero me preocupa también
que Serra camine por las calles después de muerto. Y esta Hermandad practique
ritos mágicos. No te rías .
-Me parece que
ves fantasmas en el aire. ¡Las manos de Perón! ¡Qué boludez!-me dijo Jessica
con una sonrisa que iluminó su rostro como casi nunca.
-Para vos o para
mí es una boludez. Pero no todo el mundo lo considera así. ¡Hay gente que les
prende velas a Perón y a Eva! No te confundas. Ahora en pleno siglo XXI, no en
la edad media. No te confundas.
-¡Vamos negra!
Horacio y vos me parece que se están volviendo locos. Además él dice que al
pendejo lo levantó la gente del chancho Guzmán y a ése lo tenemos hasta las
bolas.-me dijo nuevamente seria.
-Si, al pendejo
lo levantó la gente del chancho Guzmán. Todo lo indica.- le dije a la vez que
la invitaba a entrar a una librería. Quería pensar. No discutir.