miércoles, 12 de enero de 2011

Tercera Parte de Brumas. (Quinta Entrada)

La posdata.

La mujer que había terminado de leer el cuaderno que Facu le había enviado por correo, apoyada sobre el pequeño escritorio de aquella habitación para siempre solitaria leyó la posdata. Escrita con la misma letra , pero con otra tinta, como un agregado último. Como un agregado , escrito con dudas. Lo leyó

“P.D.: Le he hablado de la culpa. Que de alguna u otra manera a todos nos alcanza. A usted como madre, a mí como amigo y a todos los demás. Con el único objeto de paliar su amargura y la mía. Le he hablado del destino. Le he hablado de los sueños. Le he hablado también de los que quieren comunicarse con el más allá. Lo intentarán en la luna nueva de Julio, en el cementerio, a los pies de su tumba. Perturbarán su descanso. No me pregunte como lo sé. Entre otras cosas porque el ciego me lo dijo. Yo no puedo impedirlo. Quizás usted sí, y evitar nuevas catástrofes . Hable con ellas. Que Dios la acompañe y le de paz”

La mujer cerró el cuaderno naranja sobre el escritorio, apagó la luz de la lámpara y luego de permanecer un rato en silencio salió de la habitación, cerrando suavemente la puerta como lo hacía antaño para no perturbar el sueño de su hijo. Ese mismo sueño que ahora quería ser perturbado.

Recuerdos de una charla.

El negro Seba se secó las manos en un trapo blanco deshilachado que alguna vez había sido una toalla. Se miró al espejo y con un pequeño peine negro acomodó sus cabellos, salió del pequeño baño cerrando con el pie la puerta metálica, y se dirigió a la minúscula habitación que servía de oficina, a la izquierda del escritorio de Cacho, sobre una mesada de concreto un anafe servía para calentar agua. El negro Seba destapó la pava enlozada roja con la figura de un pájaro, la llenó con agua en el grifo cubierto de sarro y con su encendedor descartable encendió la hornalla. Luego tomó un paquete de yerba Taraguí abierto , cuyo extremo superior había sido deformado en forma de V , para posibilitar el más cómodo llenado del mate. Vertió la picadura verdemarrón en la pequeña calabaza, y esperó con el termo sobre la mesada, la cobertura plástica del artefacto de color celeste claro , tenía múltiples anillos superpuestos convexos y cóncavos, en éstos últimos se veía el color oscuro de la grasa, lo que daba al conjunto un aspecto moteado. El negro Seba , encendió un cigarrillo, en la hornalla y miró por la ventana hacia la calle en el preciso momento en que una moto Honda amarilla y plateada pasaba con una pareja, enfundada en sus cascos al tono. Al negro Seba no le llamó la atención la moto , a él ese tipo, las ruteras, no le gustaban. A él le gustaban las en duro, las cross, que le daban la sensación de ir montado en un caballo de acero. Con la posición de manejo erguido , como llevando las riendas, a diferencia de éstas otras en las que uno tiene que manejar agachado inclinado hacia delante. ¡Nada que ver! Pensó el negro Seba. Poco después , un fracción de segundo después, su conciencia reconoció a los motociclistas, eran Soledad, la hermana de Fran, y su novio. O mejor dicho en el fuero íntimo del negro Seba , el boludito del novio. Un verdadero “careta” en su pensamiento. Él definía con ese vocablo a las personas que sólo se preocupaban por su apariencia, que gustaban de la ostentación. Como tantos políticos actuales. Como pavos reales, que si bien exhiben su hermoso plumaje al hacerlo muestran el culo. Rió de sus pensamientos, mientras vertía el agua en el termo . Se sentó en la silla que estaba tras el escritorio de Cacho, colocó sus pies sobre éste y empezó a tomar mate. ¡Tenia tantas ganas de tomar mate! Miró a través de la puerta el Peugeot 307 gris, lo había terminado en un ratito, ahora solo debía esperar que el dueño lo buscara , luego estaría desocupado. Cacho hacía más de media hora que se había ido a su casa , igual que todos los otros muchachos, sólo él había permanecido con ése cliente de último momento. Pero bueno había sido poca cosa y ahora solo tenía que esperar y aprovechar para tomar unos buenos mates , ¡tranquilo de la vida!.Para usar sus propias palabras.

Poco a poco aquella visión de la pareja, le trajo el recuerdo de un momento pasado con su amigo. Días antes de su trágico final.

Sentados en el pilar del parque Bicentenario, ambos estaban silenciosos. El negro Seba fumaba, como siempre y Fran con los brazos abiertos apoyados sobre el barandal metálico miraba pasar los autos. Con una mirada distraída.

-¿Qué te pasa loquito? Que estas tan callado-le había preguntado a su amigo mientras sorbía enérgicamente su cigarrillo casi totalmente consumido, para luego arrojarlo a la ancha vereda, con un gesto automático, casi despectivo.

-¡Que se yo lo que me pasa! ¡Tantas cosas me han pasado últimamente! Que en realidad no sé que decirte, pero sinceramente no sé que decirte. Por momentos me ocurre esto, como que me meto en una cápsula, en una caparazón, y mis pensamientos comienzan a manejarse solos. Sin que yo los maneje. Cuando vos, tenes un problema negrito, te pones a analizarlo, a ver como mierda salís de el embrollo. Yo también lo hacía así. Pero después de todo lo que me pasó, por momentos es como si escuchara voces que hablan en mi cabeza, y sé que son los pensamientos que andan funcionando solos. Y pienso cosas , pienso cosas que no quiero pensar, cosas que no han pasado pero que se me presentan como recuerdos vívidos. Nítidos. Recuerdos que no son solo visuales o voces como te decía recién , sino recuerdos que tienen tacto, olor , dolor. Recuerdos de cosas que nunca pasaron ¿me entendés?.

- Más o menos , vos sabés que yo soy medio cuadrado, medio bruto, no soy como Facu que es un libro abierto. ¿Desde cuando te ocurre eso?

- Desde que perdí con Ami , en ése momento las comencé a escuchar, pero de a ratos, no siempre. Después que fui a ver ésa mujer que te conté los otros días, fue mucho peor. Por eso chupaba, negrito, por eso. Porque el alcohol, como que me apagaba las voces, me borraba ésos recuerdos inventados por mi cabeza. ¡Pero claro, casi me morí chupando! Después desde que comencé a ir al doctor éste de Rosario, son cada vez más alejadas. Pero por momentos, como recién , cuando menos lo espero se me presentan. Y me da bronca no poderlos manejar. Sé que son cosa que solo ocurren dentro de mi cabeza. No creas que veo visiones y que creo estar hablando con personas reales. No para nada yo se que son cosas que ocurren dentro mío. En mi mente. Pero bueno, negrito , ya está así como se van distanciando ya se irán. No tengo que darle bola.

-Yo, Fran, no es porque vos estés aquí presente , yo te veo cada día mejor. De corazón te digo. Cada día te veo mejor. Si yo no supiera , lo que te pasó. Para mí que vos te diste manija con ésa vieja de mierda. Te sugestionaste, ¿Te acordás de ése programa que vimos los otros días cuando almorzamos? Ese del tipo que llevaba el grupo de muchachos a una casa abandonada, y los convencía que había fantasmas. Y al rato estaban viendo, escuchando cosas. ¿Te acordás Fran? Para mí que a vos te pasa lo mismo. Esa vieja te tiene que haber hipnotizado. O capaz que te dio algún té o algún cigarrillo con droga, o algo así. Yo, vos sabés que soy tu amigo del alma, te veo cada día mejor.- dijo gesticulando con su índice , con el tronco inclinado hacia delante y rotado hacia su amigo, para mirarlo al rostro, donde se veía la cicatriz en la frente, como una impronta de sus desgracias pasadas.- Eso otro de los pensamientos que hablan dentro de tu cabeza, que se yo. Yo no entiendo nada. Pregúntale al matasanos ese, al loquero en una de ésas el sabe, lo que te pasa. O si más tarde lo encontramos a Facu le preguntamos , en una de ésas el sabe algo.

-Gracias, negrito, me hace bien escuchar lo que me decís . Yo también te quiero , sabés que sos un amigo del alma . Yo te cuento porque vos me lo preguntas, de lo contrario no te digo nada, además te aseguro que ya me siento mejor. Pero lo que pasa es que en ésos pensamientos me veo muerto, mirando desde arriba un grupo de gente, y lo veo como si estuviera ahí Seba, y estoy despierto no estoy soñando. Pero bueno negrito ya va a pasar.- terminó

Ambos amigos se pusieron de pie y se dirigieron a la heladería de la esquina de Alem y 9 de Julio. Compraron facturas, el negro aún ahora , podía oler el aroma de éstas. Subieron a sus motos , Fran era el primer día que volvía a conducir la suya, y se fueron a tomar mate a casa de Mili. Inmerso en ésos recuerdos el muchacho tomaba mate en forma automática. Se sobresaltó cuando le golpearon el vidrio de la puerta. El dueño del 307 . El mecánico se levantó de la silla de Cacho, tomó las llaves que estaban colgadas en un llavero de madera con ganchitos metálicos, se dirigió al recién llegado y extendiéndoselas le explicó el desperfecto del auto. Cuando el hombre se retiró en su vehículo, el negro Seba, cerró la puerta de la oficina , corrió el portón metálico que da a la calle le colocó el candado y se alejó a paso lento por la vereda hacia su casa. Se desprendió dos botones de su camisa de trabajo y extrayendo la cruz de su cadena la llevó a sus labios ¡Qué Dios te tenga en la gloria loquito! Se dijo a sí mismo y una leve acidez se instaló en la boca de su estómago.. A la tarde iría a verla a Mili. Sabía lo que tenía que decirle a la flaca. ¡Lamentablemente los hombres no pueden vivir llorando a sus muertos! La vida continúa. La flaca tiene que entenderlo. Tendrían que dejar que Fran parta definitivamente. Liberarlo definitivamente, como quien abre la jaula de un pájaro cautivo para darle la libertad. Elevó sus ojos y vio una pequeña nube en el firmamento celeste, y dentro de su cabeza escuchó la risa amistosa de su amigo. Sonrió.

La nube comenzó a deshilacharse lentamente, como alejándose.

1 comentario:

  1. Y SI, PERO A VOS TE PARECE CONSEDERLE SEMEJANTE PRIVILEGIO COMO EL NOMBRE DEL HIJO? HAY QUE HACER MÁS COSAS PARA GANARSELÓ.

    UN BESO GRANDE GUS, http://malatendida.blogspot.com :)

    ResponderEliminar