martes, 4 de enero de 2011

Tercera Parte de Las Brumas del Destino Cuarta Entrada)

La búsqueda.


Mili sentada frente a la vieja, pensó en lo que habrá sentido Fran sentado frente a ésa mujer. Facu le había contado de la entrevista que él había tenido con ella. El peor momento de su vida seguramente. Y en su corazón herido sintió un ramalazo de dolor.
De dolor por su amigo muerto. Y en aquellos ojos húmedos de batracio, presintió el brillo de algo maligno. Pero tuvo la certeza de respuestas.
Presintió la puerta por la que podrían ingresar en ése otro espacio. Al que se ingresa a través de la muerte. Elevó su mirada hacia Ami parada a su derecha y luego volvió a depositarla en las manos de la vieja, que estaban apoyadas sobre el mantel sucio de la pequeña mesa. La luz se filtraba a sus espaldas a través de la puerta de vidrios repartidos. En cuatro haces de luz oblicua que formaban sobre los opacos mosaicos de color borravino , rectángulos más claros , que dejaban ver en los mismos el desgaste propio de años de uso. El aire les parecía denso, pesado, invadido por la presencia de la vieja, como por una extensión de su cuerpo físico. Como si la vieja se propagara más allá de su piel hacia el ambiente circundante. Como si la casa estuviera invadida de su ser. Como si las paredes palpitaran al ritmo de su corazón y dependieran de su temperatura vital. Como si toda la mampostería , las aberturas y los muebles estuvieran constituidos de su protoplasma. Mili sentía que ambas estaban dentro de una cámara hermética dominada por la voluntad de la pitonisa, que sentada frente a ellas las miraba en silencio. Cuando ella había querido hablar para explicar la razón de su llegada, la mujer levantando ambas manos a la altura de su cabeza les había pedido que guardaran silencio. Luego callada se había sentado y las observaba . De repente cerró sus párpados arrugados en los que casi no había pestañas. Comenzó a balancear su tronco con un movimiento de adelante atrás , acompasado con los suaves golpes de sus palmas sobre el mantel.
- ¡Lo que ustedes quieren hacer es peligroso! No es bueno molestar a los ausentes. Más aún cuando existen cuestiones pendientes. ¡Nunca se sabe las cosas que pueden hacer aquellos que han partido! Muchos han pagado con su vida, el intento. La ira de los espíritus es terrible, desmesurada. Sus reacciones imprevisibles.-guardó silencio por un momento y abrió sus ojos, mirándolas con una mirada enigmática, mientras una luz maligna se encendía en sus pupilas, como un goce interior. Luego prosiguió su monólogo.
- Muy peligroso, es lo que ustedes quieren hacer-dijo con suavidad , mientras las palmas de sus manos dibujaban círculos sobre el mantel-¡No se enfrenten a sus propios demonios! Están a tiempo de dar marcha atrás. Luego será tarde, cuando se invoca a los muertos, y estos responden , no hay forma de retroceder- súbitamente calló.
- ¡Nosotras queremos hablar con un amigo! El no nos hará daño.- dijo Mili
- ¡Qué sabes tú! No sabes nada. Nada de nada. El imperio de la materia quizás lo puedas llegar a comprender. Pero esto no es para cualquiera. No puede ir un niño a enfrentarse con un Tigre de Bengala , armado con una vara de sauce. El animal lo devorará con seguridad. Y ustedes se exponen a ser engullidas por los monstruos de las tinieblas. Una parte de ustedes, el cuerpo, probablemente sea inmune a los peligros que las acecharán. Pero otra parte, la fuerza vital que lo habita, el alma inmortal, puede claudicar ante las fuerzas desatadas. No , muchacha de esto no sabes nada.
- Él nos habla en los sueños- dijo Ami con un hilo de voz.- el quiere comunicarse con nosotras. Lo necesita, estoy segura. Él no descansa, pues con su partida brusca, dejó muchas cosas sin aclarar. Y de alguna forma continua ligado a éste mundo-terminó.
- ¡Mucho peor entonces! Mucho peor. No lo recuerdas muchacha, pero hace muchos años te dije que estabas predestinada a libar de la flor de la amargura. A beber el amargo cáliz de la desdicha. ¡Ese es tu destino! No provoques las fuerzas ocultas. No lo hagas.
- Nosotras, sabemos que hay formas de lograrlo. Si no es usted será otra la persona que nos guíe en nuestro propósito-interrumpió Mili.
- Existen formas de intentarlo, claro que sí. Podrán lograrlo o no. Pero yo les estoy diciendo que los peligros son grandes. Ustedes quieren invocar a un alma atormentada, el alma de alguien que estaba predestinado a la catástrofe. El alma de alguien que no tenía escapatoria. El alma de quien nunca debió nacer.
- ¡Pero por qué dice eso!.-casi gritó Ami, con su rostro encendido y los ojos inundados.
- Lo digo , por que lo sé , porque siempre lo supe. El fue como la manzana robada del árbol del bien y del mal. Yo siempre lo supe. Yo lo advertí. Antes de todo lo advertí. Pero no me escucharon como no lo hacen ustedes ahora- dijo la vieja bajando la mirada hacia sus manos rugosas, que parecían tener todos los años del mundo.
- No entiendo.- dijo Mili
- Ni lo podrás entender nunca. Son cosas que solo unos pocos entendemos. De nada sirve que yo me ponga ahora a explicarles, lo que ya no tiene remedio. Lo que nunca tuvo remedio. Estaba condenado desde el momento de su concepción. Pero bueno, esa es historia vieja y ustedes no han venido aquí por eso. Y si lo hubieran hecho , nunca las abría dejado entrar, nunca las hubiera recibido. Ustedes quieren dar tranquilidad a quien partió sin paz. Y creen que podrán lograrlo. Yo lo dudo.
- Queremos intentarlo- dijo Ami, mirando a su amiga que tenía la mirada fija en la vieja aquella, en la pitonisa, en la bruja.
- Si tanto lo desean , yo les enseñaré la forma- dijo la vieja con una sonrisa de su boca desdentada- deberán esperar la luna nueva de Julio. No antes ni después. Yo les enseñaré como hacerlo. Luego todo dependerá de ustedes. Y no quiero verlas nunca más aquí. Por ningún motivo. Nunca más. Ya les advertí , que lo que quieren hacer es terriblemente peligroso. Pero bueno ustedes se lo buscan.
- Bueno, nosotras estamos dispuestas a correr los riesgos. Si hemos venido aquí es porque estamos convencidas de lo que le pedimos.
- Ya lo sé , conozco lo que han hecho. No me pregunten como. Pero yo conozco. Sabía para lo que venían y porque lo hacían. Solo trate de prevenirlas, de convencerlas de que no lo hagan , pero sabiendo de antemano cual sería su respuesta. Ustedes se lo buscan. Realmente creo que no saben lo que hacen. La primer luna nueva de Julio, tendrán que tener 13 velas benditas, una por cada apóstol y otra por el Espíritu Santo. Deberán buscar otras dos mujeres, no varones, mujeres. Otras dos mujeres que estén convencidas como ustedes. Si no lo están ahora tienen tiempo para convencerlas y llevarlas para que las ayuden en su propósito. Luego de la entrada del Sol, cuando ya no se vea claridad en el horizonte. Deberán ir al cementerio, y juntarse a los pies de la tumba de él. Formarán un círculo con las 13 velas , se sentarán alrededor tomadas de la mano y esperaran a que aparezca la luna nueva sobre ustedes. En ése preciso momento encenderán 3 velas cada una, la restante se encenderá sola cuando el aparezca. Por ningún motivo suelten sus manos , luego que las velas estén encendida, por ningún motivo se alejen del círculo, por ningún motivo vuelvan la mirada hacia atrás. Tienen tiempo de arrepentirse hasta que las velas se enciendan. Luego ya será tarde.- Tomó un papel de un bloc amarillento y con un bolígrafo viejo escribió en una hoja, luego extendiéndoselas les dijo- ¡estas son las palabras para invocarlo mientras encienden las velas! No se las muestren a nadie y guárdenlas en lugar seguro. Las deberán pronunciar alguna de las dos. La más cercana. Yo les recomiendo que desistan. El papel deberán quemarlo con la duodécima vela encendida, luego de enunciar la invocación. ¡Ahora váyanse estoy cansada! Y no me den las gracias. No les hice ningún favor-dicho esto se puso de pie, haciendo una ademán de que se alejen, cuando las mujeres franqueaban la puerta volvió a hablar con una voz cavernosa y grave.- ¡No vuelvan nunca! Nunca más.
Mientras atravesaban el jardín yermo que rodeaba la casa, el agudo sonido metálico de las aspas de molino que comenzaban a moverse por el viento, las sobresaltó. Por el Este sobre el arroyo Nogoyá , unas nubes oscuras enmarcaban el horizonte.

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