lunes, 12 de julio de 2010

Sexta Entrada de Brumas

Facu
Fran continúo caminando por Maipú hasta Bv Sarmiento rodeó la Escuela Alvear y con paso cansino se dirigió al Sur. Su mente era un desorden, pensamientos contradictorios ganaban alternativamente su conciencia. Al llegar a calle Alem , un Chevrolet 400 , pintado de un furioso color rojo se detuvo junto al cordón de la vereda, al bajarse el vidrio polarizado del conductor vio la sonrisa de Facu en el interior.
- Hola Fran , subí loco, vamos a dar una vuelta por el centro, a ver si lo encontramos al negro Seba.
- ¡ qué máquina Facu! Quedó joya.
- Lo terminaron de pintar el Jueves, ayer a la mañana me lo entregaron, lo ando probando , pero el viejo no me lo quiere dar hasta muy tarde. Le tiene miedo a los municipales . Yo le dije que no pasa nada, pero viste como son.
Fran casi corriendo giró por detrás del auto y subió por la puerta del acompañante, el potente motor de 6 cilindros lo empujó contra la butaca, cuando Facu aceleró bruscamente haciendo chirriar los neumáticos. En la esquina de 25 de Mayo encontraron al negro Seba, recién bañado, subió atrás y encendió su infaltable cigarrillo.
- Que nave, Facu, vas a tener que cuidarte, las nenas te lo van a querer arañar todo- rió.
- Vas a tener que reforzarle los amortiguadores, por si cargas algunas gordas- agregó Fran riendo con ganas..
- Los tiene bastante reforzaditos- contestó el conductor, mientras doblaba por Quiroga y Taboada frente a la Basílica- es a prueba de gordas muchachos lo tengo todo pensado, sino no voy a poder sacar a pasear mi novia-bromeó a su vez..
Continuaron paseando por calle San Martín que lentamente se llenaba de coches, lo que hacía el tránsito bastante lento. Las mesas de los bares en las veredas comenzaban a llenarse de gente, a ésa hora sobre todo familias. En la esquina de Tucumán vieron a las mellizas Ardiles que caminaban por la vereda, moviendo sus caderas insinuantes. Se detuvieron y las invitaron a subir, las chicas emitiendo grititos de júbilo se acomodaron junto al negro Seba . Facu continúo hasta la ruta 12 y por ésta doblo hacia el Este acelerando el coche que bramaba con cada cambio estirado hasta el límite de revoluciones, pasaron a toda velocidad por los dos primeros puentes y luego con sucesivos rebajes desaceleró para pasar casi a paso de hombre por la caminera, giró hacia el Aero club dando vuelta en la entrada empedrada regresando hacia la ruta casi a paso de hombre, el policía vestido con su chaleco fluorescente, le hizo un gesto con su índice en el párpado inferior de su ojo derecho, Facu le respondió con el pulgar elevado y retornó muy sosegado hacia Nogoyá. Se detuvieron en la YPF de la entrada y tomaron una cerveza alrededor del Chevrolet, mientras charlaban los cinco animadamente.


El hormigueo
.Ami entró a su casa desierta, encendió la luz de la sala, se dirigió a la cocina abrió la heladera y se sirvió agua de una botella de Seven up que estaba en los estantes de la puerta. Distraída caminó por la casa, encendió la televisión y miró sin ver una de las películas del Domingo por la noche. Aún le parecía sentir los labios de Fran , besando los suyos, ése raro hormigueo que le había recorrido todo el cuerpo, ése deseo animal de tenerlo cerca, de tocarlo. ¿Por que sería tan tonta y siempre lo arruinaba todo?. No quería que Fran adivinara lo mucho que deseaba verlo y estar con él. No podía hacer todo tan fácil, ya se lo recomendaron sus amigas. Los hombres toman lo que se les da y cuanto más fácil lo obtienen , más rápido pierden interés. Tan ensimismada se encontraba que cuando su madre entró , casi se le cae el vaso vacío, que hacía rato largo sostenía en sus manos.
- ¿ Qué te pasa a vos , que ni siquiera has puesto la mesa?- dijo la madre con ostensible mal humor.
- Ya voy – contestó Ami dirigiéndose a la cocina.
Solo la calidez de sus pensamientos, lograron protegerla de los gritos de su madre,
a quien veía como a la imagen de un película muda. Hasta el momento en que se
encerró en su habitación con un sonoro portazo, dejándola sola con sus ilusiones y
sus sueños, ésos que sin Ami saberlo su madre secretamente envidiaba. Como ese
viejo decrépito que sentado en un banco del parque envidia a los muchachos que
corren tras una pelota, privado para siempre de la vitalidad de la juventud..

Aquella noche.

Matías y el gordo Jorge, tomaban Fernet con Cola en una de las mesas que estaban sobre la vereda de la plaza Libertad. El gordo como siempre contaba una historia sobre alguien. Ahora hablaba de un fulano que cambiaba vaquillas de pedigrí por vaquillas de decimonovena categoría. Al parecer con éste recurso se había enriquecido. El gordo no sabía bien cómo, pero citaba a ilustres desconocidos como testigos incontestables. Se lo había contado Lucho Marioni que tenía una estancia cerca de Mansilla , se lo corroboró el Panchi Ortega que trabajaba con la viuda de Flores Schneider y todas cosas por el estilo. Cuando Vale y Flor se acercaron a su mesa, los sorprendieron, no las vieron llegar. Las chicas se sentaron en las sillas vacías y comenzaron a reírse. Ellos las miraron sin entender mucho, las saludaron sin mucho entusiasmo, las dos estaban en la pavada, eso era algo seguro. Pero eran lindas nenas. Siempre se debe sembrar para cosechar. El gordo Jorge, giró su silla hacia ellas, y les preguntó porque no las veía nunca por el Boliche, le contestaron con evasivas, que si, que no, que ya irían. El gordo le contó lo bien que se ponía, que dos gurisas como ellas la pasarían bomba, que el mismo se encargaría de atenderlas a las mil maravillas. Matías intervino diciendo que él mismo las llevaría, que yendo en grupo se la pasa mejor y cosas por el estilo. Además les dijo que lo ideal es que se juntara todo el grupito de ellas, seguramente si todas salían conseguirían autorización mucho más fácilmente. Así son los viejos, cuando ven que todos tus amigos van a un lugar , no pueden negarte a vos la posibilidad de ir. Y así fue nomás, las cartas estaban echadas , si bien aquella noche del bailable , las cosas no le habían salido bien a Matías , porque Facu se había ido a unas carreras, ahora todo se le sirvió en bandeja, y dos viejos cazadores como el gordo y él no dejaban escapar una presa tan fácil. Y sin la ayuda de nadie pensó Matías, solitas vinieron a la trampera.
Las luces de neón enmarcaban la fachada del boliche contra el cielo de la noche.
Los jóvenes se agolpaban contra la reja de la entrada, ingresando de uno en uno hacia el patio abierto que precedía al edificio principal. Fran , Facu y el negro Seba se entrechocaban en la penumbra esperando su turno , apretujados entre la muchedumbre , como una recua que lentamente ingresa al cargadero.
Cuando por fin traspusieron la entrada se mezclaron con los grupos que dispersos por el patio conversaban animadamente sobre el césped o en los senderos de piedrecillas blancas bordeados de antorchas que quemaban citronella.
Cuando Fran la vio, se dirigió sigiloso por detrás y la tomó con ambas manos por la delgada cintura, inclinó su tronco hacia delante y le besó el cuello. Ami , sorprendida, saltó hacia delante hasta casi chocar con Matías. Este la tomó en sus brazos y miró a Fran con cara de pocos amigos. Cuando ella giró y vio a Fran , sonrió y lo besó en la mejilla, demorándose en el gesto. Lo tomó del brazo y se puso a su lado. Matías le dio la mano sin mucho entusiasmo y tomando a Vale por los hombros , continuó charlando sin intención de integrar al recién llegado. Fran percibía la calidez del cuerpo de Ami casi pegado al suyo, y súbitamente un deseo compulsivo de abrazarla y besarla apasionadamente lo invadieron. Le habló al oído invitándola a caminar un rato. Ella lo miró por un momento y lo acompañó, siempre tomada de su brazo, en silencio. La música invadía el ambiente, aumentando su intensidad en la medida que se acercaban al edificio principal o la pista abierta que se encontraba en un extremo del gran patio, donde algunas parejas y grupos de chicas bailaban al ritmo del reggaeton , poco a poco se alejaron hacia la periferia acercándose al alambrado olímpico perimetral a cuya vera una hilera de fresnos de mediano tamaño formaban una cortina vegetal. Diversas parejas charlaban bajo los mismos, donde la sonoridad era menos intensa y se encontraba cierta apariencia de intimidad. Casi en el extremo más alejado del recinto, se detuvieron, sin hablar, él la giró suavemente asiéndola de sus hombros y acercando su rostro al suyo la besó largamente en los labios, saboreando el sabor de su brillo labial y sintiendo el temblor de su cuerpo apretado contra el suyo. Millones de años de instinto, se despertaron en su interior, a la vez que una inmensa ternura invadía su corazón . El estaba ahí, un hombre , como millones de hombres a través de todos los tiempos, apretujado contra aquella fragilidad, tan femenina y tan poderosa. Conociendo en un instante los misterios insondables de la humanidad, el impulso primigenio, la fuerza de gravedad que lo hacía caer en la maravilla del sexo. Y a su vez, dominado por ése otro impulso masculino de la protección, del sentir a la mujer pegada a su cuerpo como una frágil figura de cristal, que se podía romper a la menor brusquedad, como la ilusión.
Permanecieron largo tiempo abrazados, o quizás un breve tiempo si era medido por sus deseos. No eran necesarias las palabras pues el lenguaje corporal las reemplazaba.
Toda la noche hablaron de cosas triviales, riendo sin razón aparente, imbuidos de la felicidad del amor, o de lo que a esa edad puede interpretarse por amor.
Al final de la noche bailaron lentos retro, deseando que el día nunca llegara, deseando que aquel sueño nunca se acabara, que el día no los arrojara en sitios diferentes, que el día no los separara aunque sea momentáneamente, rompiendo el encantamiento de aquellos momentos de ensueño. Que la poción mágica de sus besos, no agotara su efecto con la salida del sol , con la claridad del alba.
Pero el día llega con la misma certeza con que toda noche termina, abrazados caminaron por Belgrano y por Bv España con el sol a sus espaldas y abejas en su pecho , con la miel del amor en sus corazones casi niños.
Matías desde la camioneta, los vio caminar abrazados y un súbito impulso lo hizo acelerar bruscamente y doblar por 9 de Julio con un rechinar de neumáticos radiales que expresaban su estado de ánimo.

2 comentarios:

  1. MÉDICO, ESCRITOR, TENÉS UN BLOG, ALGO MÁS? JAJAJA. ORGULLO ARGENTINO!

    UN BESO GRANDE, LO ESPERO POR MIS PAGOS EH! http://malatendida.blogspot.com :)

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  2. CUANDO QUIERAS TENÉS LAS PUERTAS ABIERTAS DE MI BLOG.

    GRACIAS POR TU COMENTARIO! OTRO BESO MÁS.

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