jueves, 1 de julio de 2010

Quinta Entrada de Brumas...

La Ilusión.

Ami sonreía en la oscuridad, mirando el cielorraso de machimbre, mientras escuchaba a Alejandro Sanz en la FM “ ya lo ves que no hay dos sin tres, que la vida va y viene, que no se detiene..” ella ya no tendría el corazón partido., seguro que no . El sueño la reclamó desde la profundidad se su colchón y se hundió en él en un estado de gracia, podría decirse, con la gracia de la esperanza y la ilusión, sería más adecuado. Esa noche se soñó bella. Bella como una princesa de cuentos de hada, que espera a su príncipe encerrada en una torre del castillo. Con la certeza que vendrá a rescatarla en su caballo blanco y haciendo brillar el filo de su espada justiciera.



Los de la vereda y las Ardiles.

La música se escuchaba desde la vereda, mezclada con la voces de quienes estaban en el interior , como un fondo grave roto esporádicamente por alguna risa o algún silbido.
Un grupo de muchachos tomaba cerveza en grandes vasos plásticos transparentes y charlaban formando una ronda frente a los escalones que precedían el ingreso.
Fran y el negro Seba los vieron al doblar la esquina de calle 9 de Julio, continuaron acercándose lentamente, con las manos en los bolsillos.
- Me parece que ésta noche tendremos quilombo- dijo Seba a su amigo
- Estos locos, siempre arman lío, seguro que querrán seguir la rosca de los otros días. Por las dudas no nos pongamos cerca.
- Eso desde ya, pero si te agarran de punto, no tenés forma de zafar , salvo yéndote y muchas veces eso es lo que quieren, para soplarte las pendejas , así que si querés lograr algo hoy, tenés que evitar meterte en líos. Así de fácil nene.
- Nos hacemos los boludos nos mandamos adentro y chau.-dijo Fran
- Como digas jefe-dijo el negro Seba sonriente.
Ambos chicos pasaron junto a los muchachones , éstos los silbaron como a chicas, sin hacer caso a la provocación, sin darse vuelta , sin mirar, abrieron la puerta metálica con gruesos vidrios escarchados entregaron las entradas a las chicas de 5º que organizaban el Bailable y se mezclaron con los que estaban dentro.
Se pararon contra la pared, moviéndose al ritmo de la música , el negro Seba encendió un Marlboro, siempre que estaba entre la gente fumaba, probablemente en un intento de parecer más grande. Ambos muchachos sonreían a las chicas que pasaban indiferente delante de ellos. Momentos después se dirigieron hacia la barra y pidieron dos cervezas, si bien casi nunca tomaban alcohol , les pareció que si no lo hacían , tendrían el aspecto de dos nenes de pecho. Con sus grandes vasos plásticos comenzaron a caminar entre los distintos grupos que charlaban animadamente, chicas que bailaban solas, parejas que se hablaban al oído , algunos otros chicos como ellos que vagaban de un lado al otro del salón sin destino cierto. En un rincón cerca del baño, Vale , Flor y Ami estaban sentadas muy juntas, parecieron no verlos. Los muchachos siguieron caminando, se encontraron con las mellizas Ardiles, que si bien eran mayores, tenían simpatía por ellos, bailaron marcha , cumbia, hasta que las chicas se disculparon y se fueron a reunir con dos chicos de 5º año que estaban sentados en los taburetes de la barra tomando whisky. Riendo Fran y el negro Seba tomaron sus vasos de cerveza de la mesa donde habían estado las mellizas, y tomaron el caldo caliente que les pareció orina, pero como no tenían más dinero siguieron con sus vasos en la mano, bebiendo de tanto en tanto la poción amarga y tibia. Ami y sus amigas habían desaparecido. Fran sintió cierta inquietud, no mucha en realidad, la bebida alcohólica le causaba una sensación de indiferencia , de distanciamiento, por fin las vieron en el mismo grupo donde estaban las melli, los muchachos de la vereda las acompañaban, gesticulando y riendo. Las chicas los miraban con ojos pícaros. Fran se acercó con su amigo a un costado del grupo y se apoyo en la barra de espaldas con ambos codos apoyados en la misma, mirando hacia la pista y charlando con el negro Seba que se encontraba a su lado , casi encorvado sobre la barra y jugando con su vaso. Delfi la mas petisita de las melli , les arrojó un maní y les guiñó un ojo cómplice. Los chicos se acercaron , saludaron a Ami, Vale y Flor y se quedaron charlando.
-¿Qué hacen acá pendejos, porque no se van a tomar la leche a su casa? – les dijo uno de los de la vereda, riéndose y señalándolos con su mano en la que tenía un vaso de cerveza.
- Flaco nosotros no te molestamos para nada.- contestó el negro Seba.
- Mirá el nenito es malo, me parece que voy a tener que hacerle chas chas sino se hace humo enseguida.
-No se porqué te metes con nosotros, no queremos quilombo, estamos hablando con nuestras amigas- dijo Fran
-¡ Mirá soretito , las chicas están con nosotros! Y ustedes se borran ya si no quieren que los mate a
trompadas- dijo el provocador acercándose amenazante.
- ¡ Vos y cuantos más ¡ - le gritó el negro Seba súbitamente envalentonado.
El otro dio un paso adelante y tirando al suelo el vaso le arrojó una furibunda trompada, el negro Seba se agachó , evitando el golpe y descargó contra el otro un derechazo que dio de lleno en la mandíbula del más grande, cuando éste se tambaleó echándose hacia atrás le arrojó un puntapié que se estrelló contra sus testículos haciéndolo arquear hacia delante. Las chicas emitían grititos de nerviosismo y se arracimaron a un costado, en el preciso momento que otro de los del grupo de la vereda, golpeaba al negro Seba con un taburete en la espalda. Fran tomó uno de los vasos de whisky de los que acompañaban a las mellizas Ardiles y se lo arrojó al segundo muchacho impactándole la frente, no lo cortó por milagro pero lo mareo de tal forma que calló de bruces. Los muchachos de las Ardiles reaccionaron separando a los contendientes en el preciso momento que dos policías de adicional se acercaban corriendo hacia el sitio de la batahola. A los gritos apartaron al negro Seba y a Fran hacia el grupo Ami y sus amigas y a los otros dos los llevaron hacia el otro extremo de la barra, gritando y a empujones los acompañaron a la calle, luego volvieron .
-Ustedes también deben retirarse, inmediatamente y no quiero verlos más por acá , tan pendejos y ya armando lío,! pelotudos de mierda!
- Pero los van a matar afuera- dijo uno de los acompañantes de la mellizas Ardiles-estos gurises solo se defendieron, los otros armaron el lío-agregó
-Vos también querés que te raje, boludo- dijo el policía de adicional mas gordo.
-No , no quiero que me raje, solo deseo que a los chicos no los maten , entre todos los locos ésos que están afuera.
-Está bien pendejos, ustedes vienen con nosotros a la entrada, se quedan un rato ahí y luego se desaparecen.
Ami los tomó del brazo a ambos poniéndose en medio.
-Porfi dejálos, si ellos no hicieron nada, los del lío son los otros, si vos ya los conocés no hay lugar donde no armen pelea.
- Acá el que mando soy yo-contestó el policía gordo- los guachos éstos se vienen con nosotros.
-Bueno – dijo Ami- nosotras vamos con ellos. Y los cinco salieron hacia la puerta escoltados por los de seguridad.
- ¡Como lo fajaste Seba! – dijo Flor sonriente y gesticulando como boxeador.
-¡ Vos tenés buena puntería , Fran!- le dijo Ami al oído.
- A mi me quedó el lomo a la miseria , te cuento- dijo el negro Seba , en voz baja, las chicas rieron .
- Yo te hago sana sana ¿querés?- Le dijo Vale con un gesto malicioso , a la vez que le tocaba la espalda en forma teatral.
- ¡ Dejá loca que me haces doler! – Casi gritó el negro Seba.
- Nosotras en realidad no estábamos con ellos, vinieron y no los podíamos sacar de encima cuando Delfi les hizo señas a ustedes, las tres nos miramos como diciendo por fin nos van a sacar éstos tipos de encima- dijo Ami tomándose fuertemente del brazo de Fran.
- Vieron gurisas, se los sacamos de encima, lástima que casi nos sacan la cabeza a nosotros- contestó Fran en broma.
Eran casi las cinco de la mañana cuando el grupo se alejó caminando por calle Gdor. Contín hacia 9 de Julio, de los patoteros no había rastros, pero todos sabían que tarde o temprano ésta historia continuaría.
Al llegar al Soldado el negro Seba , Flor y Vale doblaron por San Lorenzo hacia el sur hacia la casa de Vale donde ambas chicas dormirían ésa mañana. Ami y Fran continuaron por Fray Saldaña Retamal para doblar por Fitz Gerald hacia la casa de Ami. Fran sentía el roce de sus pechos contra su brazo, y una sensación de placer lo invadía. Cuando le besó la mejilla en la puerta de su casa, aspiró el perfume de su cabello.
Al acostarse, ya de día aún percibía ése aroma y sonreía , olvidándose de las piñas y los canas. Inmerso en una dicha inexplicable y desconocida
.



El Beso.

Cuando el Domingo a la tarde se encontró con Ami en el Parque del Bicentenario más conocido como parquecito Alem, al verla volvió a sentir la sensación de su cuerpo apretado contra su brazo. Sonrió se acercó a las chicas y se tiró en el césped con la espalda apoyada en un fresno.
-¿Cómo andas Tyson? – dijo Flor riéndose.
- Por ahora bien, no sé como andaré si viene la revancha- contestó Fran, arrojándole una pequeña piedra a la muchacha, que la retomó y se la arrojó a su vez. Ami se sentó frente a él, también sonriente , fijando sus ojos en los suyos.
- ¿Cómo andas loquito?- dijo
- Bien loquita y vos, a juzgar por tu aspecto estás muy bien – dijo en voz baja , para que no escuchara el resto del grupo, que estaban alrededor de mini componente, escuchando un CD de los Fabulosos Cadillac.
- No seas mentiroso.
- No soy mentiroso, estás cada día más linda Ami, la verdad que es increíble lo buena que te has puesto.
- Deja de embromar, Fran, vos sabes que mentir es un pecado, y además crear ilusiones es cruel.
- Yo no te engaño, te digo lo que me parece, y no es la primera vez que te lo digo, pero vos parece que no me quieres creer.- agregó abriendo los brazos en un gesto que expresaba impotencia.
- Sabés que te quiero pero como amigo, no sé , no me siento preparada para otra cosa por ahora.
- Por ahora, ¿ qué quiere decir por ahora?
- Eso ni más ni menos, por ahora quiere decir por ahora.
- Algún día nunca llega, dice el refrán- contestó él mirándola fijamente.
- Nunca digas nunca, dice otro refrán- respondió , ruborizándose.
El le tomó la mano y le besó los dedos, soltándola suavemente, Ami bajó la mirada y permaneció en silencio. Luego lo invitó a caminar un rato. Lo hicieron en silencio por calle 9 de Julio hasta Bv. España, luego se sentaron juntos en un banco bajo las acacias. Las sombras de la tarde se alargaban hacia el Este, cuando el sol se acercaba al poniente. Permanecieron largo rato sentados, silenciosos, como si el don de la palabra se les hubiera perdido, de tanto en tanto se miraban largamente y se sonreían. Fran le apartó la melena y le llevó el pelo detrás de la oreja, ella permaneció quieta. Luego se acercó y le dio un beso en la mejilla, demorando los labios junto a la piel de la muchacha y aspirando el perfume de su rostro. Ella cerró sus ojos, lentamente giró la cabeza y le ofreció sus labios entreabiertos, el aspiró su aliento en el beso prolongado, se sintió invadido por el súbito deseo de abrazarla con más fuerza, de atraerla hacia sí y de sentir nuevamente la suavidad de sus formas contra su cuerpo. La atrajo , ella se dejó atraer, él pasó su brazo sobre sus hombros.
rotando su tronco que parecía desarticulado , apoyando sus senos contra su pecho y creyó sentir el latir acelerado de su corazón en su piel. Fue un momento mágico. Luego el se apartó y mirándola fijamente le dijo
- Siempre me has gustado Ami, deseaba tanto besarte, que haberlo hecho me parece un sueño.
- Loco – contestó ella
- Quiero salir con vos, no quiero perderte
- No sé, Fran, perderme no me vas a perder, pero no sé.
- ¿Que es lo que no sabés Ami?
- Me gustas Fran, pero no se si te quiero, no sé si quiero salir con vos, no estoy segura- dijo ella inclinándose hacia delante y apartando la mirada, juntó sus manos sobre sus rodillas, entrelazando sus dedos nerviosamente.
El se recostó sobre el espaldar del banco y perdió su mirada en los autos que pasaban lentamente, repletos de gente que tomaba mate o conversaba animadamente en el día en que Dios descansó. Todo a Fran le pareció lento , en blanco y negro, pasó de la excitación de momentos atrás casi a la desesperación, sin punto intermedio. Cuando ambos se pusieron de pie, la noche avanzaba por el Este y las luminarias comenzaron a encenderse. Nuevamente el silencio dominó a los dos jóvenes que marcharon muy juntos hasta calle San Lorenzo, el la acompañó hasta Maipú doblaron en el Parque Champagnat hacia Bv Sarmiento, se pararon junto a la puerta de su casa.
Ella sonrió, le pasó la mano por la mejilla y suavemente besó sus labios fugazmente casi un roce, tan distinto al apasionado encuentro de un rato antes.
-Mañana nos vemos lindo- le dijo – Y no te vuelvas loco.
Dicho esto, entró a su casa, cerrando suavemente la puerta tras de sí.

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