viernes, 23 de julio de 2010

Séptima Entrada de Brumas

La mañana siguiente

Cuando Ami despertó un rayo de luz casi vertical ingresaba por la hendija superior del postigo. Estiró su cuerpo como un gato que se despereza y miró el reloj. Los muebles por efecto de la luz parecían dobles, uno material y otro de sombra. El silencio de la casa apenas era roto por el periódico chapoteo de una gota al caer desde la flor de la ducha. Giró su cuerpo y con ambas manos arqueo la almohada formando una herradura que enmarcaba su nuca y sus oídos, abrió los ojos de forma exagerada forzando los párpados y luego con un movimiento brusco se puso de pie. No era necesario hablar, ni gritar , ni reclamar la presencia de su madre de ningún modo, estaba ausente como casi siempre, o quizás como siempre, hasta cuando físicamente se encontraba a su lado parecía ausente. Recorrió la sala y se sentó en una silla de la cocina luego de extraer un pote de yogurt de la heladera , encendió el televisor , cambiando rápidamente de un canal a otro hasta detenerse en un programa de modas, las esbeltas modelos caminaban la pasarela con gracia y seguridad. Ami como siempre , deseó ser como ellas, vivir rodeada de lujos , recorrer el mundo, aparecer en las tapas de las revistas, posar sugerente en los avisos de ropa interior. Continuó mirando extasiada por largo tiempo, luego se dirigió al baño y se dio una ducha tibia. Se vistió con un pantalón vaquero y una remera. Sintió en su piel las manos de él, como si volvieran a recorrerla, cerró sus ojos y se dejó llevar por la sensación , por el recuerdo vívido de sus sentidos, que la rescataban de la soledad, corta pero insoportable soledad de su ausencia. Lo extrañó de forma intensa y súbita, como si la completa vigilia le hubiese quitado la coraza protectora del sueño, y nuevamente su alma desnuda se expusiera a la intemperie de las emociones. Encendió la FM y “ Ruleta” de Los Piojos sonó estridente. Envuelta en la música se tiró en el sillón y dejó volar sus pensamientos.



Las brumas.

Fran no había logrado conciliar el sueño con facilidad, largos minutos se quedó mirando el techo y pensando. Tratando de revivir lo que había pasado en esa noche, que para él tanto significaba. La noche deseada, aquella en que la ambigüedad no había tenido lugar, aquella en que las cosas fueron como siempre debieron ser. Repasó uno a uno los momentos vividos, quiso besar nuevamente cada beso, trató de acariciar nuevamente cada caricia, de captar cada mirada , cada sonrisa . Hasta que el sueño lo fue atrapando, sumergiéndolo en las profundidades de sus aguas mansas.
Su cuerpo se fue relajando, hasta descansar lánguido en el silencio acogedor de su cuarto. La voz de su madre y de su hermana conversando animadamente en la cocina , lo volvieron a la realidad, cuando la hora de la siesta promediaba. Fue cuando vio aquello por primera vez. La bruma. La bruma que ocultaba el piso de su cuarto, cómo si hubiera despertado en una ciénaga , como si su cama flotara en el miasma nauseabundo de un pantano , las voces familiares se alejaron hasta convertirse en un murmullo ininteligible , sintió frío, mucho frío. Apretó sus párpados, con ambas manos cerradas y reabrió sus ojos. Una súbita oscuridad lo invadió todo, fugaz. Luego todo volvió a la normalidad, Fran pensativo se quedó sentado al borde de la cama unos instantes. Convencido de que solo se trataba de un sueño tardío se dirigió a la cocina.
La tarde transcurrió con normalidad, pero de a ratos pensaba en aquello, alejándolo de su mente de inmediato, con la imagen de Ami. Su ángel de la guarda.



La colilla.

Matías se despertó taciturno, se arrojó agua en la cara con violencia, comió en silencio. Sin contestar las preguntas de sus padres, sobre su estado de ánimo . Luego salió a caminar por el Paseo de los Puentes, sentándose en un banco de cemento , inmerso en su rabia. Impotente y furioso.
-¡Pendejo de mierda, hijo de re mil putas!- dijo en voz baja para sí. Unas lágrimas cayeron por sus mejillas, pero no lágrimas de pena, lágrimas de odio. Un secreto deseo de venganza se instaló en su pecho, como una colilla encendida en un bosque reseco.
Chispa primordial de terribles incendios.



La Moto

No fue fácil , pero al final su madre le compró la moto. Una Agrale 125
usada , no era la Yamaha 600 del gordo Jorge, ni la Honda pistera del amigo de Sole, pero era una máquina , bien respetable .El negro le quedaba muy bien y estaba muy cuidada. Fran miró su bicicleta, con una sensación agridulce, la envolvió en un nylon que había sido la funda de un colchón y la colgó en el gancho que en la galería servía para atar la soga del pequeño toldo que cubría parcialmente el patio. Al hacerlo , fue como colgar su infancia , su pubertad y adentrarse en la adolescencia.
Miró la rueda trasera que giraba lentamente , tras su opaca cobertura dejando escapar el grave ruido del piñón. Y pensó, en que seguramente la bici se sentía abandonada, mujer al fin , sólo emitía esa queja rumorosa, sufría en silencio su destino. Rió de sus pensamientos y se dirigió junto a la moto , unos metros mas allá.. La lavó con un cuidado casi obsesivo, lustró los níqueles y pasó silicona a los espejos y las cuerinas.
Por el pasillo lateral sacó el vehículo a la vereda, montó y luego de dos o tres intentos el motor se puso en marcha, Fran arrancó con una brusca aceleración. Una estela de humo azulado lo siguió cuando giró por Bv Sarmiento rumbo al sur, los álamos pasaban rápidos uno tras otro , pasó delante del ingreso del Polideportivo a toda velocidad. Sentía el viento en su cara como una caricia del mundo. Se sintió suspendido en el espacio, se imaginó saeta, cortando el aire con su rostro. Al llegar a la planta de silos disminuyó la marcha girando sobre la explanada de piedritas blancas retornando a Nogoyá con el mismo entusiasmo. Recorrió todo el Bv Sarmiento , esquivando autos, en el semáforo de las cinco esquinas giró a la izquierda por Hipólito Irigoyen, condujo frente a la plaza de la Estación , y en su vereda vio a Mili la más alta de las mellizas Ardiles, que desplazaba sus encantos bajo los árboles. Fran se detuvo junto al cordón , sonriendo a su amiga, que se acercó casi corriendo y en un instante estuvo parada sobre los pedalines traseros, cuando la moto salió disparada hacia delante, ella se aferró a su cintura y emitió un gritito agudo y gozoso . Pasearon un buen rato, hasta que la dejó sobre calle 3 de Febrero en casa de una amiga. El resto de la tarde la pasó con Facu y el negro Seba en el Parque Ramírez, charlando y tomando mate.
- Lo que más me gusta de tu moto, loco, es que es negra, a mí me encantan las negras, sobre todo si son estilizadas, con mucha carrocería no me gustan de ningún color. Son más fáciles de montar las más livianitas.-bromeó el negro Seba.
- Con vos una blanca hace mucho contraste. Negro sobre blanco. No, no va, estoy en total acuerdo con vos Seba, las que a vos te convienen son las negras. Sos como El Zorro, sólo te falta la capa. Aunque algunos dicen que Diego de la Vega era comilón , pero son detalles que no hacen a la persona.- opinó Facu.
- ¡No seas loco , no me descubras! .- contestó el negro en broma
- Fuera de joda , loquito está buena tu moto, no como la Mili , pero que le vamos a hacer.- dijo Facu dando una palmada en la espalda de Fran que sonreía , tanto por las bromas de sus amigos como por la felicidad que le causaba poseer una moto. Si hasta ayer , su único medio de movilidad era su bicicleta , casi todos sus compañeros tenían motos ,algunos como Facu se movilizaban en autos. El se sentía desubicado, como discriminado por no tener un medio de movilidad, distinto de su mountain bike o de sus zapatillas. Bajo ningún punto de vista Fran creía que eso lo hacía mejor o peor, simplemente ahora se sentía más integrado con su grupo, más a la altura de sus compañeros.
- ¡Che despertate, te la nombramos a Mili y te quedaste tildado! Como se ve que a vos te gusta la flaca ésa, pero no sé Fran , si te agarra me parece que te deja seco como esas ranitas que se mueren al sol. ¡Exprimido como un limón!.- dijo Seba.
- ¡La verdad que limones no le faltan! Si me dejó dos moretones en la espalda , donde me clavaba los pezones cada vez que frenaba. Pero yo opino que al que le gusta la flaca es a vos no a mí, Seba- contestó Fran siguiendo con la chacota
- ¡ No te agrandes tanto! A ver mostrame ésas marquitas .- le dijo Facu a la vez que se arrojaba sobre él, que logró esquivar el manotazo de su amigo y salió corriendo sobre el césped recién cortado. Se persiguieron un rato entre risas, hasta que extenuados retornaron al banco , donde Seba mateaba plácidamente, tal vez pensando en la muchacha..

3 comentarios:

  1. HOLA. COMO ESTAS? ME GUSTAN TUS PALABRAS, TU FORMA TAN ORIGINAL DE EXPRESAR LA IDEA. MARAVILLOSO DE VERDAD!!! TE VOY A SEGUIR!!! ESPERO Q PUEDAS PASAR POR MI DEPRESIVO Y OSCURO BLOG, CLARO, SI TE ENCANTA EL INVIERNO OSCURO CARGADO DE REALISMO SUCIO Y MELANCOLÍA. TE ESPERO!!!

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  2. HOLA. COMO ESTAS? ME GUSTAN TUS PALABRAS, TU FORMA TAN ORIGINAL DE EXPRESAR LA IDEA. MARAVILLOSO DE VERDAD!!! TE VOY A SEGUIR!!! ESPERO Q PUEDAS PASAR POR MI DEPRESIVO Y OSCURO BLOG, CLARO, SI TE ENCANTA EL INVIERNO OSCURO CARGADO DE REALISMO SUCIO Y MELANCOLÍA. TE ESPERO!!!

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  3. Te felicito porque me ha gustado lo que he leído.
    Saludos.

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