sábado, 30 de enero de 2010

Vigésima Segunda Entrada

Neuropsiquiatrico Enero de 2006 El Mapa

Me gusta mucho el Lapacho añoso que está en el medio del patio, su sombra se extiende fresca y acogedora por casi toda la superficie de baldosas, pero lo que más me gusta son los pájaros, los miro saltar de una rama a otra, trinar inflando su pecho y moviendo su garganta, las que más me gustan son dos palomitas que siempre están juntas, dos tortolitas que parecen mirarme desde la rama que casi roza la galería. El que me gusta menos es el pitanguá, que chilla a veces desde la copa del viejo árbol, ése bicho trae desgracia como decía mi abuela. La enfermera gorda casi nunca sale al patio, su reino empieza en la puerta de ingreso al pasillo. Quizás tiene alguna semejanza con los vampiros y teme a la luz del sol, pero ésta es una vampiresa bien alimentada, prusiana nada sensual, para clavarle una estaca en el corazón voy a necesitar una jabalina.
“¿Cómo andamos hoy? ¿Hicimos todos los deberes?” Me preguntó el doctor palmeándome el hombro izquierdo “Ya veo que muy bien” se contestó sin esperar mi respuesta “ Hoy tiene visitas” me dijo, en ese momento advertí e identifiqué a la figura que estaba junto a él , era mi primo. Extendió su mano para alcanzarme un paquete de cigarrillos y me besó en la mejilla “Que lindo verte mejor nene” me dijo. “Gracias” creo que le respondí “me dicen que ya te levantas, que salís aquí al patio, que estás muy bien,” continuó con un tono que me pareció más de compromiso que de convencimiento, lo noté pues miraba mis manos temblorosas con evidente consternación. “en Nogoyá todos me preguntan por vos, hasta los de la Sociedad Rural están preocupados, pues temen que un gran comedor de asado se pierda y le disminuya el consumo per cápita.” bromeó. “Si” respondí con voz apenas audible. “No sabes como está la joda por allá, fantástica, la viuda de Flores Schneider, a organizado una movida sensacional, ampliando su oferta turística viste” dijo con su sonrisa torcida.
“ Ella para mí ahora es Estela, no sabes que pedazo de hembra, una máquina de placer insaciable, dispuesta a todo, un sueño loco” agregó “ la conocí en una de sus reuniones danzantes , todo muy hot con table-dance , strippers , de todo loco, te aseguro que no parece Nogoyá”callo un instante “Trae gente de Buenos Aires, Rosario, Córdoba hasta unas Paraguayas que tocan el arpa en bolas que no te podés imaginar lo buena que están , bueno una de ésas noches, se me acercó mientras yo me tomaba un champucito con Carlos María en una de las barras, y en seguida hubo onda, ¡pero que onda ! Antes del amanecer nos hacíamos el amor en uno de los reservados, ¡como dos pendejos! Bueno de ahí para acá y de eso hace como cuatro meses, no sacamos el pie del acelerador te aseguro, meta matraca, ¡pum, pum ,pum!” dijo. “Que bien” dije confuso, continué escuchando sus palabras como distantes, sin entender mucho lo que continuó contando. Antes de irse me dijo súbitamente serio, de eso me acuerdo bien pues al pararse frente a mi me golpeó suavemente el rostro como para despertarme, yo en realidad nunca estoy dormido, lo que pasa es que mis pensamientos son más rápidos que mis palabras, es como si la lengua se me hubiese endurecido, por ahí los pensamientos son tan vividos que me interno en ellos como en una experiencia onírica y la realidad comienza a alejarse como la música de un auto que pasa, pero volviendo al relato, antes de irse súbitamente serio me habló “En uno de los viajes a la Estancia de Flores Schneider mientras esperaba a Estela , en el escritorio del finado, bajo una carpeta de cuero encontré este papel, te lo dejo nene” se despidió y se fue.
Con dificultad abrí el viejo papel engrasado y amarillento, era un viejo mapa hecho a mano alzada, lo miré, lo dejé sobre el apoyabrazos, encendí un nuevo cigarrillo y con el encendedor lo quemé hasta que quedó reducido a cenizas.
Aquí no se está del todo mal, el doctor es bueno, la enfermera gorda por ahí me pega mucho, pero bueno ya estoy acostumbrado. No se por qué pienso que mi primo no volverá a visitarme, quizás me equivoque, es que me agarran ésas pensaderas como relataba Fioramonti. Ya escucho los pasos del paquidermo acercándose por el pasillo pronto gritará desde la puerta, “Todos adentro, ¡es la hora de la medicación!!” y uno a uno ingresaremos a su reino de tinieblas. Algunas noches me parece oír un aleteo tras los cristales de la ventana, extraños chillidos en el patio en sombras, pero doy vuelta la cabeza y me tapo con la almohada. Otras noches sueño con mis viejos amigos, como si estuviera nuevamente conversando con ellos a través del tiempo y de la muerte.
Las menos sueño con Marisa, es que me duele soñarla desde éste lugar de espanto. Tengo, muchas veces, ganas de llorar y gritar, pero no lo hago, la enfermera gorda vendrá y me molerá a palos. Quien sabe como la pasará Casto Morales en su celda de aislamiento, nunca lo veo, algunos días escucho sus gritos. Ahora se repiten los ruidos en la ventana, no quiero mirar se lo que veré si giro la cabeza.




Nogoyá Abril de 2006, El Sobre.

“Desde que salí, mi vida no ha sido la misma, es como si con el maldito mapa, hubiera quemado mi pasado, me sentí traicionado cuando me dio el viejo mapa, el que marcaba el sitio de una tumba profanada, donde ya no existía nada. Pero que confirmaba una historia de la que él mismo descreía, que él mismo negaba por absurda, una historia por la que muchas veces me recriminó mi supuesta ingenuidad. Algunas veces pienso, que es como si el propio León Morientes reencarnado me lo hubiera alcanzado como una burla final. Como un sutil gesto, como un: “Tenías razón pero marcha preso”. Cuando veo a mi primo manejando el nuevo deportivo de Estela Flores Schneider, siento una especie de náusea. Y recuerdo aquel encuentro con el viejo Bautista, el segundo, en el que me habló de la oración y de sus visiones. En el que me advirtió sobre la actitud de mi primo, cosa que yo desoí. Cuando viene a visitarme, y me pregunta por mi relato,
se me aparece el rostro de aquel viejo que hablaba con la Virgen, diciéndome que me cuidara de mis compañías , y que rezara , que solo la oración cambiaría el rumbo del mundo y maniataría al mal que acecha. A veces no sé porque pregunta por mi relato, no sé porque me ayuda. Pero cuando lo miro veo tras él y a su alrededor como un aura maligna” terminé mi monologo. Marisa me tomó el brazo con más fuerzas, guardó silencio mirando los autos que pasaban a nuestro lado “En realidad creo que nada a cambiado demasiado” me dijo “a veces uno confía en las personas equivocadas, mi padre nunca simpatizó profundamente con él, seguramente por su identificación tan profunda con León Morientes y aquello de: Cambiar un poquito para que nada cambie. Con esto quiero decirte que seguramente en la actitud de mi padre hacia él tiene que haber existido un gran componente subjetivo. Sabés que mi viejo, detestaba a éstos tradicionalistas o inmovilistas, no se cómo denominarlos. Que por otro lado tienen muchos adeptos, no solo tu primo. Con esto quiero decirte que probablemente no se trate de una traición, sino que después de tu experiencia, tu mente hizo un clic y comenzaste a ver todo con más claridad, pasado el trauma inicial del cual muchos no regresan tu mente se aclaró y separaste la paja del trigo. La muerte de L nos cerró muchos caminos hacia la verdad, pero evidentemente aún no es la hora. A veces en sueños, te vuelvo a ver tirado en la cama del hospital dormido y por la ventana veo como las torres de la basílica se hunden cómo en un cráter de fuego y humo, como un volcán como un horno. Y el despertar me devuelve a la realidad , y las paredes están en su sitio, las puertas y la gente que pasa delante de la ventana ,nada a cambiado” nos detuvimos frente a la puerta de su casa , ingresamos y al abrir la misma, un sobre de tamaño oficio de papel madera impidió la total apertura de la hoja “ Seguramente alguna de esas revistas de la asociación que me mandan cada dos meses , levántala , déjala sobre la mesa del comedor, vamos a tomar un café compré unas facturas hoy de mañana , que te van a gustar mucho” me dijo. Con el sobre en la mano, caminé hacia el amplio comedor que se abría al patio a través de una amplia puerta ventana, siempre me gustó ése lugar por su luminosidad, me senté en el sillón de dos cuerpos. Leí distraídamente el nombre de Marisa manuscrito en el anverso, con una letra grande pero de características casi escolares. Lo arrojé sobre la mesa como quien arroja un disco de tal forma que girando casi cae por el borde opuesto, me levanté lo acomodé y regresé al sillón. Ella ingresó con una bandeja con las tazas, el café instantáneo, el termo y unas facturas que tenían un aspecto por demás apetecible. “parece que Estelita tiene algunos problemitas con la policía, por drogas aparentemente, la están investigando ése es el run run que se corre por ahí” me dijo Marisa como al pasar.
“Nada me sorprende ya” contesté mientras batía el café ,para que tuviera mucha espuma “en ésos ambientes siempre existen negocios secundarios” agregué “ los jóvenes tienen pocas perspectivas, por el consumismo que se ha enquistado en nuestra sociedad, son pocos los que viven siguiendo un ideal, es como pasado de moda perseguir un sueño, esto los hace sumamente vulnerables a las adicciones , del alcohol para arriba cualquier cosa .La seguidilla de suicidios el año pasado es un claro ejemplo de ése vacío , fíjate que el suicidio de la madre de Casto Morales puede entenderse pues era una anciana inválida y enferma, pero el de tantos chicos , con toda la vida por delante es inentendible , salvo por la vacuidad de sus vidas, la ausencia de utopías” terminé “Si probablemente tengas razón, yo no se que pensar, también el diablo carga las armas, como decía mi abuela” me contestó Marisa mientras abría el sobre con un gesto automático. Vertí agua en ambas tazas y le acerqué la suya. Extrajo un sobre blanco amarillento y un librito de cuero, los miró con sorpresa, dejó éste sobre la mesa y mirando el sobre leyó su nombre en el destinatario, lo abrió cortando con sus dedos uno de los extremos y sacando un papel doblado y otro sobre mas pequeño. De repente su rostro se puso pálido, sus pupilas se dilataron y un leve brillo apareció en su frente.
Tomó el librito de cuero y extrajo una tarjeta que se encontraba pegada en el dorso
“Hace varios años mis hijos, encontraron ésta agenda y éste sobre dirigido a Ud., muchas veces pensé en hacérselo llegar y hoy me decidí. No sé de que se trata, pero es suyo” escrito con la misma letra escolar que el anverso del sobre. Me lo alcanzó para que yo lo leyera, me senté junto a ella y pasando el brazo tras su espalda leímos la carta de L, la carta póstuma de L, escrita con su letra pequeña y desgarbada.


Querida Marisa:
Si recibes la presente es porque estoy muerto. El emisario me habrá derrotado, aunque confío en que no será así. Tu padre tenía razón, en cuanto a que Ari no nos había traicionado, por lo menos en el sentido literal de la palabra, en realidad eligió otro camino, el de la Congregación de las Horas Canónicas, de la que seguramente nada sabes, como casi nadie, pero que existe. Eso me llevó a cometer el grave error de pensar que la Serpiente (La vieja Lorena) era el emisario, a partir de ello mi suerte estaba echada. Te dejo dos cosas, mis reflexiones y notas sobre Pérez de Roldán, sobre su ascensión a los cielos, (pero no en cuerpo y alma) sobre las acciones de los antecesores de Morientes en Villa la Ola y algunos croquis todo esto de valor digamos histórico. En el sobre cerrado, revelo el sitio donde dejé el cofre con las reliquias, el Sello. Si el Emisario viene a éste sitio, y es la única razón por la que recibirás ésta carta, es porque está convencido que la Serpiente se lo llevó o lo destruyó
Te pido que no abras ése sobre, que no accedas a ése secreto, que no cometas el error que cometimos nosotros de pensar que podíamos ser custodios de algo que trasciende nuestras vidas. El Sello está en un lugar de oración, en un claustro, pero sólo la Congregación debe saber dónde. Prometí a mi confesor que tomaría estas precauciones en caso de riesgo inminente de muerte. Y ésta es mi precaución, si venzo al Emisario personalmente me iré con la Congregación, a que mi alma atormentada descanse.
Si cuando recibes ésta carta aún Iriarte está en Nogoyá llévale el sobre y ponlo en sus manos, diciéndole nada más que un viejo amigo de tu padre se lo envía. Con él seguramente estaré charlando, en éste momento. Afectuosamente . L


Cuando terminé de leer miré su rostro y note dos lágrimas corriendo por sus mejillas.
Al día siguiente la acompañé hasta la curia, el padre Iriarte nos recibió en su escritorio mientras tomaba un mate cocido con medias lunas de manteca, Marisa le entregó la carta con las palabras indicadas por L, el cura la miró distraído, y la arrojó sobre una pila de papeles que se encontraban en un cesto de alambre, nos despidió diciendo que tenía que socorrer un enfermo. Una sensación de desazón nos invadió, no nos levantamos, solo nos retiramos, ni siquiera nos habíamos sentado. Cuando caminábamos por la plaza a miles de kilómetros un teléfono sonaba insistentemente y una paloma defecaba sobre la nariz del busto de León Morientes.

1 comentario:

  1. Hombre!!!!!
    ¡Qué suspenso!
    ¡Qué bueno!
    ¡Atrapante!...Parece ser la única palabra que conozco, pero es la que mejor cabe para describir lo que acabo de leer...
    ¡Te admiro!
    Un beso
    Adriana

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