jueves, 10 de noviembre de 2011

Gallito Ciego. Décima Entrada

Gallito Ciego Décima Entrada



La tarde del sábado luego del partido, mientras nos dirigíamos  al estacionamiento, Ortega me estaba contando chismes de palacio, amores furtivos, caídas en desgracia, enroques varios con su tono bajo como hablando en susurros.  Antes de despedirnos apoyando su corpachón sobre la capota del auto extrajo un papelito del bolsillo de su pantalón deportivo y me lo alcanzó.  Se despidió con una sonrisa y puso en marcha el automóvil. Di una rápida mirada al trozo de papel mientras el auto de mi amigo se alejaba hacia la salida. Lo guardé en el bolsillo y  abrí mi coche. De vuelta en mi departamento leí con detenimiento  “la ficha técnica” de Serra.  Además de hincha de Los Andes éste había participado en  protestas o actividades (no muy aclaradas)  docentes en los años sesenta y setenta. Nunca en forma muy destacada, aparentemente simpatizó con  la dictadura de Onganía, logró progresos en su carrera en ése período. Luego se relacionó con grupos nacionalistas universitarios. Perteneció a una asociación vecinal y colaboró fugazmente en una biblioteca de barrio. Participó en asociaciones parroquiales varias, tampoco nunca en lugar central. Pero lo más sorprendente para mí eran algunas de sus conexiones. Un simpatizante de Onganía, militante católico, tenía poco que hacer con sectas que exploraban la magia o lo paranormal pero durante los años 70 y  hasta bien entrados los 80 participó activamente en un grupo llamado “La Hermandad del gallo azul”, donde principalmente profesaban “Hermanos” que habían estado relacionados con las fuerzas de seguridad. Quizás  ésa  sea la conexión con Serra. El documento no especifica nada sobre que tipo de prácticas realizaba ésta secta en sus ritos.  Tampoco decía nada sobre el lugar físico donde se oficiaban éstos. O los lugares, si es que eran varios.

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