miércoles, 26 de agosto de 2009

Introducción e Introducción alternativa

Gustavo Cresta



Los custodios del Sello
(o un día de éstos todo terminará)





Mi agradecimiento a mis hijos Gonzalo Agustín e Ignacio que con su paciencia han colaborado para que éste relato sea corregido y concluido.
Mi agradecimiento para todos los que con su apoyo y su afecto me alentaron durante la redacción del mismo.





Todos los personajes, instituciones y situaciones de éste relato son ficticias cualquier parecido con la realidad es casual.








Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno” Apocalipsis 9-2
“Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates”
Apocalipsis 9-14




Introducción


Juan Pérez de Roldán nació en España un país que ocupa gran parte de la península Ibérica, que a su vez ocupa el extremo occidental de la Europa continental.
Lo primero que hizo Juan fue nacer. Sus progenitores fueron un hombre y una mujer como es de estilo.
Luego de nacer como casi todos, Juan creció. Algunos no crecen porque se mueren pequeños y otros porque son enanos. No es el caso que nos ocupa.
Especificar en que lugar de España nació, no puedo, pues no lo sé.
Supongo que en Cataluña no, pues se llamaría Joan. Tampoco en el País Vasco pues sus apellidos no son de ése origen. No es relevante especificarlo tampoco.
Luego de crecer nuestro personaje se hizo grande. No mucho de estatura, no medía mas de un metro setenta, pero si mayor de edad.
Aburrido, como suelen estar los adolescentes decidió embarcarse hacia el Nuevo Mundo. La adolescencia en aquellas épocas de la colonia (midiendo el tiempo desde nuestra óptica americana, desde la española serian épocas del Imperio) no era tan prolongada cómo en el Siglo XXI dónde se extiende hasta la tercera década.
La forma más rápida de llegar a las Américas es abordar un vuelo transatlántico que por entonces no existía, ya que no existían los aviones, ni siquiera los globos dirigibles, ni que hablar de los transbordadores espaciales (si los transbordadores acuáticos que eran las chalupas o como se llamen los botes que transbordaban los pasajeros de los barcos hasta la costa o de un barco a otro). A nado no conozco nadie que haya cruzado el océano atlántico. Alguno cruzó el Canal de la Mancha, es cierto, pero Gran Bretaña no queda en América. Supongo, no me consta ,que Pérez de Roldan habrá cruzado el atlántico en algún tipo de nave (carabela, nao, galera, galeón, fragata , bergantín, corbeta, trireme , canoa, acorazado, junco, balsa , o cañonera paraguaya) entiendase por nave uno de ésos elementos flotantes fabricados por el hombre con el fin de transportar personas y mercaderías sobre la superficie del agua, propulsados por la musculatura humana, el viento, el vapor , el petróleo o la energía atómica etc.
De su “Época Americana” son pocas las precisiones que se tienen sobre su vida. De su “Época Hispana” es aún menos lo que se sabe. Del viaje propiamente dicho no se sabe nada. Los marineros (que hoy tendrían 240 años de edad en promedio) han muerto todos, por distintas causas, que por supuesto ignoramos. El 99% de ellos eran iletrados por lo que no nos dejaron relato escrito alguno de sus viajes, por tanto nada del viaje específico en el que participó Pérez de Roldan. El otro 1% o no conoció a Juan o no creyó importante referirse a él en sus escritos de bitácoras o en sus diarios personales.

Introducción Alternativa

Donde la Ruta de la Plata se une con el camino de Santiago se ve el pico nevado del Teleno como inspiración de poetas maragatos. Donde el Camino de Santiago se une con la Ruta de la Plata se juntan el Tiberio terrenal y el Apóstol celestial. Es un lugar misterioso como donde las aguas del río Negro se juntan con las del Amazonas. Choque de dos aguas, las de la Roma imperial y pagana con el Cristianismo naciente, como si los aromas de Emérita Augusta se mezclaran con los de Ronces valles, Puente de la Reina y las vías de Santo Domingo y San Juan de Ortega. Teodomiro redescubriendo cerca de Iria Flavia el sepulcro de Santiago escoltado por la Legión X de Astúrica Augusta.
Puede entenderse como un viaje en el tiempo, o épocas mixturadas por el espacio.
Los chopos que flanquean El Tuerto en su camino hacia el Orbigo. Los montes escarpados y rocosos. Los tañidos de la María o la Sardinera. El clima mediterráneo de ésos paisajes Leoneses quedaron en la memoria de Juan Pérez de Roldan cuando se hizo a la mar. También quedaron, quizás en forma inconsciente el choque de épocas, el nudo del occidente moderno. Los hombres son lo que reciben y lo que traen. No se crece enteramente feliz en medio de la pobreza, quizás el hombre, con el tiempo, se conforme muchas veces, por miedo, sobre todo los viejos. El niño que entra en la adolescencia no tiene ese miedo al cambio pues todo está por hacer y es permeable a la tentación de la utopía. Y así como al mundo lo mueven los sueños, el adolescente marcha a lo desconocido con la esperanza de la inocencia. Se busca la felicidad en el horizonte pues en la inmensidad de lo que se ignora se licuan las miserias de lo cotidiano. Trastocar la tosca vida pastoril por las ignotas riquezas de América. Eso pensó Juan Pérez de Roldan y se marchó, dejó atrás su terruño y se embarcó hacia América. De su viaje nada se sabe, nadie dejó registros. Pero lo cierto es que desembarcó en el Río de la Plata de una forma muy peculiar, por razones que se ignoran. Así comienza su leyenda, aquí comienza su leyenda a las orillas del río marrón, que quizás no era su destino deseado, si es que deseaba algún destino especifico. Se cree que llegó en 1782 un dieciséis de Julio, con apenas 14 o 15 años. Su vida fue larga y azarosa, transitó diversos caminos, los mundanos y los espirituales. Para algunos fue un loco para otros un santo. Para algunos existió para otros mejor que nunca existiera. Su etapa americana comenzó de una forma extraña pero no desafortunada y su final está rodeado de misterios. Azorín siempre dudo de las cualidades morales de éste mozalbete llegado por los aires y lo que seguramente transmitió a Juan Sebastián, su hijo, autor de la introducción que precede a la actual, a la que llamé alternativa pues consideré de mal gusto eliminar la anterior por estúpida que me parezca. Cuando envié la copia del trabajo al mencionado Juan Sebastián Azorín lo hice con la esperanza de que el descendiente de uno de los personajes que de alguna u otra manera abrieron el camino para la siguiente narración, valorara lo escrito y comprendiera el espíritu que guió este relato, tratándose de un escritor de cierto renombre, nunca esperé que redactara su “Introducción” de la forma como lo hizo. Infantil, burlona y despreciando todo el contenido. No se si reír o llorar cuando leo “Lo primero que hizo Juan fue nacer. Sus progenitores fueron un hombre y una mujer como es de estilo.” Y lo otro
“Especificar en que lugar de España nació, no puedo, pues no lo sé.
Supongo que en Cataluña no, pues se llamaría Joan. Tampoco en el País Vasco pues sus apellidos no son de ése origen. No es relevante especificarlo tampoco.” Pero sí, es relevante, especificar que San Martín nació en América, específicamente en Yapeyú, Corrientes, es relevante. No es indiferente que hubiese nacido en Estambul o en Carolina del Norte. Me cuesta descubrir que motivos movieron a Juan Sebastián Azorín a escribir de ésa forma. Pero bueno, no se puede llorar sobre la leche derramada, yo le envié la copia con el pedido de una introducción para la obra y me envió la que antecede a la presente, su peor castigo será el verla publicada. Dejando un poco de lado a Pérez de Roldan, quiero aclarar que conocí personalmente a todos los involucrados en éstos relatos a algunos con mayor profundidad que a otros, pero a todos en fin. Del padre L quiero preservar su identidad, por motivos que no viene a cuenta explicar en éste momento. Si quiero agradecer a NOAR la paciencia y el respeto que me prodigó durante su vida, y de alguna manera dedicarle a él éstos relatos que pretenden ser una búsqueda. Mi recuerdo para Flores Schneider y Aristóbulo del Monte, a los que no conocí profundamente, pero que de alguna manera ganaron mi simpatía. Más allá de toda subjetividad, lo que se cuenta aquí es real, fruto de una investigación de años y de experiencias personales. No quiero dejar de agradecer a Adelita Fioramonti, dueña de los derechos de autor de su bisabuelo Giussepe, por permitirme en forma oral reproducir fragmentos de la obra de éste. Yo sé que mejorará algún día de su Alzheimer de no ser así vaya para ella todo mi agradecimiento. Cómo bien afirma Marisa Alfaro Rodríguez no es fácil entender con los ojos de la razón cosas que se desenvuelven en el campo de lo sobrenatural , por lo tanto solicito a los extremadamente racionales tengan cierta indulgencia con mis escritos y traten de abrir los ojos del espíritu , traten de llegar a la encrucijada de la que partió Pérez de Roldan ,la de la Vía Guinea ( Equinea Equus) o la Ruta de la Plata y el Camino Apostólico de Santiago, quizás en un punto la razón se agote en su capacidad de explicar fenómenos y el pensamiento mágico encuentre una explicación irracional , pero no por ello menos verdadera. Yo como protagonista y relator de éstos hechos no tengo la respuesta a los porqués de todos ellos. Simplemente trato de transcribirlos tal como los viví, me los contaron o leí.
Nogoyá, sabe que lo que cuento es verdad. Quizás el mundo tarde en darse cuenta, pero tarde o temprano lo hará. No escapa la coincidencia del día en que aparentemente llegó Pérez de Roldan a éstas tierras con el día en que se conmemora la fundación (que nunca fue) de Nogoyá. Todo según un antiguo diario personal que encontró Aristóbulo del Monte, sobre el cuál no quiero explayarme. Pero me inclino a pensar que no es coincidencia sino destino. Caserío paupérrimo en tierras salvajes predestinado a ser escenario de hechos terribles siglos después. Punto de implosión, agujero negro.
Es penoso observar como el escepticismo nos ciega, cuando recuerdo a mi primo, a quien tengo que agradecer la provisión de papel y la ayuda económica en éste tiempo posterior a mi externación, decir
“Todo éste asunto que el gurí llegó por los aires, que lo catapultaron de un barco, que vivió de putas, que tuvo doce hijos que no se saben si son de él, que se pasó la vida yirando por Córdoba por Bolivia, terminando de cura, encerrándose en una Iglesia, es todo una ridiculización de nuestra vida . Un ataque al cristianismo. A la iglesia de Roma” o aquello otro "yo no sé cuando comenzará el Apocalipsis , si es que existe uno universal, yo personalmente creo en el Apocalipsis personal que sobreviene con la muerte, yo no sé cuando se liberará a la Bestia y a sus acólitos, pero de lo que sí estoy seguro que no los van a soltar en Nogoyá, aquí seguro que con la clase de tipos que son se dedican a la joda, el chupi y las minas y no hacen su trabajo de perseguir a los pecadores. No hace falta ningún sello, ningún ascendido, ningún grupo de viejos tarados, para que el mundo no corra ningún peligro, Aquí el único riesgo que corre el mundo es que le salgan Hemorroides porque estamos en el culo del mundo nene” siento una profunda pena por su escepticismo que le impide ver la verdad, y darse cuenta de la noche que lo fagocita. Pero si el escepticismo extremo es penoso, realmente execrable es la mala intención, personificada por León Morientes y algunos de sus seguidores, que no han escatimado recursos para ocultar la verdad y deformarla, más allá de sus errores reconocidos como el apoyo a la campaña política de Casto Morales. En fin, a modo de introducción alternativa he tratado de explicar el porqué de la introducción original , el porqué del presente relato, agradecer a quienes de alguna forma me guiaron , dejar en claro algunas de mis opiniones y ubicar al lector sobre los orígenes de Juan Pérez de Roldán. Por último deseo aclarar que reproduzco los fragmentos de distintas obras, notas, diarios personales, tal como fueron escritos, sin realizar juicios de valor sobre ellos, ni adherir a sus ideas o dichos. Los diálogos los reproduzco con el mismo espíritu. Deseo pedir disculpas a algunos adherentes a los grupos que aquí se nombran y que seguramente no actúan con mala fe, pero como dice el dicho “el infierno está lleno de buenas intenciones.”

1 comentario:

  1. Hola Gustavo,
    Por fin ahora puedo ponerme a tono con la lectura de blogs. El tuyo por supuesto está incluído. Me gustó mucho este texto. Sobre todo ese inicio tan "surreal" que llega hasta a ser cómico y sarcástico.
    Nos seguimos leyendo.
    W

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