VIII. El río y la sedienta.
Ya
tengo 35 años. Desde que me separé de
Enrique no tengo una relación
más o menos estable. Creo que ya es hora que le ponga candado a la puerta del
pasado y mire para adelante. Detesto sentir esa sensación de soledad cuando
entro a mi departamento. Este tipo parece otra cosa. Distinto. Si todo sale mal
por lo menos me quedará lo físico. Yo necesito sexo como combustible. Sentir
que un hombre me penetra hasta lo más intimo de mi cuerpo. Enrique era
espectacular. Otra vez recordándolo. Debo cerrar ese candado de un vez por
todas. Me voy a poner de pie mientras marcho hacia la puerta de salida puedo
mirar por las ventanillas polarizadas, si él me espera. Sí ahí esta sentado
contra la vidriera de avenida Santa Fe tal cual me dijo. Voy a apretar el
botón, así me bajo en la parada. Este calor que siento en mi cara. ¡Qué tonta
soy!. Después de todo Alfredo es un
lindo tipo pero no es para tanto. No como Enrique. Otra vez. ¡qué cosa! Bueno
ahora en la vereda por lo menos corre una pequeña brisa. Eso me refrescará un
poco la cara. No me gusta ponerme colorada cuando me encuentro con un hombre.
Pero casi siempre me pongo colorada. Desde chica. Y a veces me da como ese temblor adentro,
como una vibración. Bueno ya pasará. Recuerdo mi primer encuentro con aquel
chico de la escuela. ¿Cómo se llamaba? ¿Augusto o Agustín? No ese era el amigo
del que me gustaba a mí en realidad, pero claro él salió con Andrea. Era tan
linda Andrea. No se como estará ahora hace tantos años que no la veo. Qué
tráfico por Anchorena. El semáforo roto. ¡Qué milagro! Alberto se llamaba.
¡Alberto! ¡Ese idiota casi me choca! Me
va a dejar la cola chata. Y a los hombres lo que más les gusta es mi cola. Me
gusta mover mi cola y imaginarme como la miran. Me hace sentir, no sé,
especial. A los hombres lo que más les gusta es mi cola. Ingresé por la puerta
de la ochava, Alfredo me sonríe. Sus dientes son perfectos. Siempre bien
afeitado. Me molestan los hombres que me pinchan con su barba después me queda
la cara toda irritada. Pero él siempre está muy prolijo. Afeitado y bien
peinado. Tiene el pelo corto. Me gustan los hombres con el pelo un poco más
largo y libre, pero él tiene el pelo corto. La camisa blanca le queda muy bien.
Me acerco lo beso en la mejilla. Me gusta besar en la mejilla. No es cuestión
de andar dando espectáculo. Para otro tipo de besos siempre hay tiempo.
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